Estuve anoche en la entrega del Doctorado Honoris Causa a Fernando Vallejo en la Universidad Nacional.
Sus palabras como siempre, controvertidas, “auténticas y vividas”, nos llevaron al Vallejo de 1959, estudiante de filosofía, por los pasillos de la Ciudad Universitaria, cuando había residencias (incluyendo la que se llamaba Gorgona). Dijo Vallejo que hace 50 años era un estudiante con muchas ilusiones y que ahora ya no le quedaba ninguna. Nos recomendó dedicarnos a viajar y no a estudiar filosofía. Precisó que le quedaban debiendo la mitad del Doctorado porque ya no existe la Facultad de Filosofía y Letras que fue “disuelta en varias carreras”. Quise hablar con él, pero muchos se me adelantaron y le fueron dejando manuscritos de diverso origen y color.
También habló en inglés el filósofo Elster y nos recordó su larga lista de amigos colombianos, en especial Mockus, a quien citó diez veces, aunque éste llegó tarde a la cita. La gente lo aplaudió cuando, a pesar de decirlo en inglés, muchos entendieron que estaba en contra de una nueva reelección.
Las dos figuras más conocidas y aplaudidas fueron Vallejo y Elster. Sin embargo, esta vez, más que con Vallejo, me quedé con las palabras de otro de los homenajeados, el profesor de la sede de Medellín, Darío Valencia. Sus ideas sobre ciencia y cultura, sus aportes a la Universidad y su discurso en torno a “las culturas científicas y artísticas” nos invitan a seguir “creyendo” en la vitalidad del humanismo y en las posibilidades emancipatorias de la educación.
Sentada en las sillas laterales del auditorio León de Greiff, y al son del ensamble de Arnedo, recordaba a otros grandes maestros, como Gerardo Molina, Orlando Fals Borda, Eduardo Umaña Luna (y Mendoza), Margarita González, etc. Pensé en mí, hace treinta años, como estudiante y me fui caminando por el anillo vial hasta la salida de la calle 53. Caminé por la ciudad, pensando en las deshoras y seguí viviendo.
Gabriela Amar. Bogotá.
La séptima y el Transmilenio
Hacer el metro por las carreras 13 y 11 y el Transmilenio por la séptima es un absurdo. Teniendo Transmilenio por la Cra. 14, hacer el metro en medio de dos vías con Transmilenio para hacerse competencia, es una costosa torpeza, además de demagogia pura, pues el alcalde Moreno prometió en su campaña que no haría Transmilenio por la séptima.
Antonio Chávez. Bogotá.
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