Anuncia el Ministerio de Cultura el lanzamiento de “Maleta de películas” para las bibliotecas municipales.
Gran noticia que nos llena de entusiasmo en las regiones. Vi la lista de películas y me complace que la selección haya combinado clásicos, con miradas latinoamericanas y colombianas, además de reflejar un variado criterio de géneros y directores. Veremos entonces desde películas mudas, como Potemkin y La generala, de Buster Keaton, hasta El halcón maltés y Mi tío.
¿Me gustaría saber si piensan hacer talleres de cine o promover espacios de discusión en formato de cine-club? Yo, en mis viejos años mozos, me aventuré con un cine-club muy rudimentario aquí en Quibdó. Eso fue en los cincuenta. Unos años antes de que todo el combo de Cali desarrollara el cine-club de Caicedo-Mayolo-Ospina y compañía. En todo caso me gustaría volver a ver tantos clásicos. Para ser sincero —aunque la elección, reitero, me gustó mucho y hay películas nuevas que no conozco (sobre todo las de Argentina: La ciénaga, etc.)— me parece que me quedan debiendo películas western y un poco más de autores como Kurosawa y Lang. Otra pregunta: ¿esperan en el futuro sacar nuevas “Maletas de películas” con otros títulos? Es tan variado y enriquecedor el cine. Puedo sugerirles algunas. Sé que otras personas como yo también lo harían. Mi top 5, aparte de las que ustedes seleccionaron: M, de Lang; El desprecio, de Godard; Ascensor, de Malle, Serie negra, de Corneau, y Nostalgia, de Tarkovski.
En todo caso, celebro la “llegada del cine portátil” a las regiones colombianas. Hace más de un siglo llegaban los primeros proyeccionistas europeos a nuestros poblados, iluminando las noches perdidas de nuestros abuelos y, ahora, podré yo pasar tardes alegres y nostálgicas con mis nietos. ¡No todos los días tiene uno la ocasión de compartir su pasión de cinéfilo en público! Es cierto que con internet uno puede encontrar casi cualquier título que en otra época era necesario ir a buscar de muchas maneras incluyendo unas casi imposibles para personas de a pie como yo y tantos otros que viven en perdidos pueblos de la geografía patria. Antes casi tocaba estar en la cinemateca de París y llegar hasta allí era toda una osadía. Para los que nunca pudimos ir hasta Europa, ahora nos sentimos menos “amargados” con la “Maleta de películas”.
Hermes Murillo. Buenaventura.
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