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En defensa del “terrorista” de la red

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Columnistas elespectador.com
08 de diciembre de 2009 - 04:19 a. m.
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Es preocupante el irrespeto de los derechos fundamentales de los ciudadanos, cuando quiera que se adelantan investigaciones penales por la posible comisión de delitos y la vía de esas investigaciones involucra a personas del alto Gobierno, como acontece con el caso del estudiante de la Universidad Jorge Tadeo Lozano, que por expresar en la red social Facebook amenazas potenciales contra uno de los hijos del Presidente de la República, se le conmina a medida de aseguramiento por el delito de terrorismo o de amenaza de muerte, en acto de inmediación de urgencia manifiesta en donde han intervenido, al parecer, la Fiscalía, el DAS, el CTI, el FBI y Scotlan Yard.

Eso desequilibra la administración de justicia, le resta credibilidad, viola entre otros derechos los de igualdad e imparcialidad, porque no es razonable que otras investigaciones, que no son del carácter del derecho de opinión, hoy tan en boga, sino de actos ciertos de dolo, se apilen en los mohosos anaqueles de la justicia, sin que se haya hecho siquiera apertura de investigación de esos acontecimientos delictivos. La justicia no puede sesgar, amañar y privilegiar investigaciones en consideración a la importancia que da a los personajes insertos en esos actos y debe investigar con igual celo y en acto de imparcialidad todos los actos que pueden ser susceptibles de violación de la ley penal. Es deprimente, de escándalo con visos ecuménicos, que casos de estirpe delictiva, esos sí graves y no como el mencionado, como son los de amenazas de muerte a periodistas, líderes de oposición, políticos, campesinos, estudiantes e intelectuales, queden en la más absoluta y completa impunidad.

El acto que se achaca al estudiante universitario, es un acto de juventud, de insensatez, de imprudencia, de entender el arte en la expresión libre del pensamiento, sin el karma, sin la intención de dañar, de causar lesión al personaje de marras y dado en el contexto de la invitación a opinar en un programa que ha dispuesto la tecnología de la innovación, investigación y las comunicaciones en la internet. No entiendo, tampoco, cómo la administración de justicia se esfuerza en investigar un caso como el del estudiante Tadeíno, con acelerada atención y el despliegue de medios de investigación, en costos inmensos de recursos humanos, económicos y de intervención de cuerpos extranjeros, cuando deja ad portas la investigación y el juzgamiento de casos delictivos realmente graves. ¿O será que algunos jueces utilizan la espada de la justicia por el asta refulgente, cuando se trata de los hijos del Presidente de la República y de ciertos personajes del ‘Palacio de Nari’ o cercanos a este, y sólo utilizan la opaca empuñadora de la espada de la justicia, cuando se trata de investigar a los ciudadanos que no estamos en el estandarte del poder presidencial?

 Campo Elías Cruz Bermúdez. Bogotá.

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