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Ética vs. participación

Columnistas elespectador.com

02 de diciembre de 2009 - 09:23 p. m.

He leído últimamente, ya sin la estupefacción de antes, cantidad de titulares de prensa donde se denuncian nuevos casos de corrupción en el interior del Gobierno.

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No diré que esto de la corrupción sea exclusividad del actual gobierno, pero las ollas podridas que se han destapado hacen ver las de otras épocas como pálidos deslices de novatos. Quizá lo más sonoro de tales denuncias es que la ética de que dan muestra muchos funcionarios es aquella según la cual un puesto público ha de servir para “solucionar”, en un período muy corto, los apetitos económicos y, en lo posible, heredarlo a los familiares y amigos más cercanos, consolidando de esa manera un círculo vicioso más propio de países donde han imperado o imperan dictaduras. En el nuestro, como en muchos países, existen unos circuitos de poder concentrados, impermeables, a donde no se accede por obra y gracia de la tan cacareada ‘meritocracia’, y sus beneficiarios se pueden contar con los dedos de la mano. Esa ética, que en realidad no lo es, impera de una manera tal, que obliga a llamar la atención de los colombianos ahora que estamos tomando impulso para un nuevo proceso electoral. Y es que de cara a las elecciones de marzo, bueno es tener presente que en este período de la historia se han descubierto senadores, representantes, alcaldes y funcionarios de rango medio en actos criminales y están hoy siendo investigados o ya están en la cárcel. ¿Será que frente a los corruptos de todas las calañas no seremos lo suficientemente inteligentes para equilibrar la balanza del juego político?

 Alberto Díaz T. Barranquilla.

De inversionistas a esos inversionistas

Una desafortunada edición en  “Un chat con...” el presidente ejecutivo de Fedepalma, Jens Mesa Dishington, publicado este miércoles, abrió espacio a interpretaciones equívocas y bien diferentes de lo que originalmente respondió.

En efecto, a la pregunta formulada sobre “¿qué es lo peor de la palma africana?”, Mesa Dishington respondió: “Los inversionistas que no tienen el compromiso de hacer las cosas bien”. La respuesta que salió publicada decía: “Los inversionistas, quienes no tienen compromiso para hacer las cosas bien”. Algo va ciertamente de todos los inversionistas a esos inversionistas que no tienen compromiso... Mil disculpas al presidente de Fedepalma y a los lectores todos.

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 Nota de la Redacción.

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