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¿Fin de los blogs?

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Columnistas elespectador.com
20 de febrero de 2010 - 02:49 a. m.
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El diario francés Libération publicó el 17 de febrero un artículo que anuncia el fin (ya progresivo en Estados Unidos) de los blogs.

¿La razón? La inmediatez y el deseo de ser “alguien” en las redes sociales de internet. Nick Currie (creador del blog Click Opera, que cerró recientemente) resume el fenómeno así: “Twitter, un servicio que pone en competencia a tanta gente como sea posible para obtener tan poca atención como sea posible”. El blog requiere sentarse frente a la página en blanco y tratar de darle alguna coherencia a una página. En cambio, en las otras pistas, lo que cuenta es la celeridad y la capacidad de impactar. Mientras tanto, en América Latina y en Colombia, los blogs y blogueros están en plena expansión. Sobre todo, en periódicos y revistas que los acogen generosamente. Vale la pena preservar este espacio de expresión pública, donde las historias mínimas, escritas tanto por famosos escritores como Saramago o Molina Foix, como por escritores emergentes o ciudadanos “cero”, encuentran un espacio de libertad y prolijidad.

¿Están realmente en vía de desaparición? Ojalá puedan prosperar otros escenarios. Por ejemplo, un fenómeno que ya existe: blogs colectivos. Pienso en el caso del blog de la revista chilena de literatura El puñal. El blog se ha convertido en una tribuna esencial de debates públicos de diverso tipo. Por supuesto así no son todos los blogs, pero sí una parte considerable. Hay una potencialidad democrática en este tipo de foros en apariencia sólo “impersonales”. De nosotros depende que la inmediatez y la estulticia no se instauren como una ley de la cotidianidad basada en el exceso de trivialidad, esnobismo y lugares comunes. Todo esto, mientras en Estados Unidos ya venden un “twit” para perros... Una señal que transmite en “tiempo real” todo lo que el perro hace y deshace, para la diversión de los más ociosos.

 Stefanía de Olaya. Bogotá.

Chivos expiatorios

Los hospitales los cerraron porque los quebraron los anteriores directores y los sindicatos, que tienden a destruirlo todo, a ser los que se quedan con todo y a engañar a los pobres y trabajadores, mientras se engullen privilegios y sueldos que casi nadie tiene en Colombia. ¿Es que no se han dado cuenta de la transformación de muchos hospitales? Y los millones de colombianos que pueden hoy acceder a la salud gracias a este Gobierno, ¿no cuentan? La codicia de las EPS, no lejana a la codicia de todos los negocios (de médicos, de clínicas, de medios, de vendedores, de cadenas comerciales), junto con la quiebra que producen tutelas carísimas para los más ricos y poderosos y el engaño de los criminales que están sin necesidad en el Sisbén, son las causas del despelote, no el Gobierno ni el Ministro, esos son chivos expiatorios.

 Clara Segura. Medellín.

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