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Tengo la enorme responsabilidad y el más alto honor de continuar el legado de mi padre, Carlos Murgas Guerrero, en su proyecto de vida de las Alianzas Estratégicas, Productivas y Sociales. He evidenciado como su iniciativa soñada, creada y ejecutada por él, ha transformado la agroindustria en Colombia y a la vez mejorado la vida de miles de familias en el campo.
Crecí acompañando a mi padre a llevar su propuesta a diversos y remotos lugares del campo colombiano, caracterizados por el fracaso de los modelos de desarrollo rural, la subutilización de tierras productivas, el empobrecimiento de las familias campesinas y un creciente germen de violencia apegado a las economías ilegales. Hoy estas Alianzas Estratégicas han permitido a más de 3.000 familias campesinas vincularse a una actividad lícita, rentable y sostenible, superando condiciones de marginalidad y pobreza. Si bien son unos notables resultados, se tornan insuficientes ante la magnitud de la problemática y el estancamiento del sector rural colombiano.
Por ello, para nosotros en Oleoflores es un imperativo potenciar y replicar este modelo más allá de la agroindustria de la palma de aceite con aliados que sumen al proceso. Con este convencimiento, en el 2020, iniciamos un nuevo proceso en el sur del Atlántico, respaldado por la exgobernadora Elsa Noguera, que buscaba promover cadenas productivas promisorias con pequeños y medianos productores, como estrategia para jalonar el desarrollo regional. Así surgieron las Alianzas Público Privadas para el Fomento de Agronegocios, una versión renovada de las Alianzas Estratégicas.
En estas nuevas alianzas, los gobiernos regionales (gobernaciones, alcaldías) asumen un rol protagónico, desarrollando inversiones en infraestructura productiva clave para el desarrollo de los agronegocios (sistemas de riego y drenajes, electrificación rural, mejoramiento de vías secundarias y terciarias) y garantizando a los productores el acceso a insumos estratégicos, tales como el material vegetal certificado para sus cultivos.
A su vez, desde el sector privado agroindustrial, nos vinculamos aportando experiencia y conocimiento en las cadenas productivas, brindando asistencia técnica para incrementar producción y productividad y comprando la totalidad de la producción de los agricultores a precios transparentes y competitivos.
Las familias campesinas, por su parte, desarrollan en sus predios los agronegocios haciendo lo que mejor saben hacer: poner a producir la tierra. Adicionalmente, se integran a organizaciones de productores que, con el acompañamiento del socio agroindustrial, les posibilitan el acceso al crédito asociativo, a alcanzar economías de escala en la compra de insumos, a la comercialización organizada de su producción y a participar en el valor agregado que genera la agroindustria.
La experiencia de esta nueva versión de las Alianzas en el Sur del Atlántico ha sido contundente. En tres años se ha logrado vincular exitosamente a más de 300 familias campesinas integradas en doce Asociaciones de productores que cultivan 2.200 hectáreas entre palma de aceite, limón tahití y plátano, de manera tecnificada con sistemas de riego eficientes. Para el desarrollo de estas plantaciones, que ya están iniciando su etapa productiva, se han canalizado más de $50 mil millones de pesos en créditos asociativos, se han generado cerca de 3.000 nuevos empleos entre directos e indirectos y se proyecta una producción de 60.000 toneladas que inyectarán al PIB regional más de $80 mil millones de pesos anuales.
Animados por el progreso, estamos replicando este modelo en otros departamentos como Bolívar y Córdoba donde, de la mano con las gobernaciones y el Ministerio de Agricultura, buscamos involucrar a 2.500 nuevas familias en los próximos cuatro años, desarrollando agronegocios en cadenas productivas de proyección internacional como la palma de aceite, limón tahití, cacao, plátano, mango y coco, entre otras.
Quiero invitar a los líderes de las principales cadenas agroindustriales del país y a los gobernantes locales de nuestras regiones, a que conozcan el modelo que estamos implementando y a sumarse a esta iniciativa para, entre todos, lograr una verdadera transformación productiva y social del campo colombiano.
* Vicepresidente de Oleoflores