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Dice Édgar Morín: “…Nuestros destinos están ligados. Vivimos en una comunidad con un mismo destino, aún más cuando existen amenazas que nos afectan a todos.
La amenaza de proliferación de armas nucleares, la degradación de la biosfera, la crisis económica que empeora, los desplazamientos étnicos, religiosos, ideológicos, el hambre que no ha desaparecido. Por lo tanto, tenemos un porvenir común que nos debería unir, hacernos más solidarios y ciudadanos del planeta Tierra.
Mientras en Copenhague, Dinamarca, asisten unas 20.000 personas de varios países para estudiar, debatir, aportar y sacar conclusiones para solucionar el recalentamiento ambiental, letal para lo biológico y la naturaleza, en Colombia iniciamos una Navidad con más de 100 millones de bombillos encendidos durante varios días, según el municipio. En Medellín, haciendo gala de poderío energético y económico, los encendemos más de un mes. Nos cuesta miles de millones de pesos recalentar el Valle de Aburrá y toda Colombia, aduciendo jolgorio a un costo brutal para el medio ambiente y las finanzas. El día de la inauguración luminosa y el contaminar del bióxido de carbono (CO2) el medio ambiente medellinense, además de costos inútiles y dañinos para la salud de los habitantes, lanzan los llamados juegos pirotécnicos que hacen explosiones, recordatorias de la época del narcotráfico inicial. No se tienen en cuenta los circunvecinos, donde existen clínicas, hogares geriátricos y gran cantidad de niños y mayores que tratan de dormir desde tempranas horas. Los bombazos consecutivos y ruidos estridentes durante horas, desvelan y ponen los nervios puntiagudos, sacando del tálamo al ofendido ciudadano convertido en paciente neurótico. Arruinando sus sueños, el derecho individual y colectivo de vivir en tranquilidad, sin molestia. Y el derecho de tener un medio ambiente óptimo. Debemos preguntarnos qué significa desarrollo y encontraremos que hay que reevaluar el concepto. Estamos haciendo un desarrollo sin tener en cuenta las buenas relaciones humanas y la madre naturaleza. Se hace necesario el razonable consenso para realizar un desarrollo sostenible, de bienestar y progreso para todos. No puede haber progreso con destrucción o daño del contorno. Se hace absoluto reiniciar una cultura mundial donde el universo sea tenor, respetado y amado como la vida y la utilidad de los productos sea compatible con la conservación del universo.
Ómar León Muriel. Medellín.
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