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La investigación de Ana María Garzón

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Columnistas elespectador.com
15 de octubre de 2010 - 02:53 a. m.
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En mi condición de ciudadano y disciplinado dentro del expediente IUS 2009-227778 que adelanta la Procuraduría General de la Nación, manifiesto mi preocupación por el manejo de la información que el diario ha venido dando acerca de la presunta red de corrupción en el Consejo de Estado.

Pese a no compartir el manejo que sobre este particular se le ha dado a la información y que ante todo afecta mi buen nombre, durante más de un año he asumido una actitud de respeto a la labor periodística, proceder que me veo obligado a modificar en atención a la publicación del pasado 2 de octubre, titulado “El organigrama que incomodó al Procurador”.

Es imperioso advertir que hasta hoy, y luego de haber transcurrido más de un año de haber iniciado las investigaciones, las diferentes publicaciones de El Espectador en las cuales se ha hecho referencia a mi nombre, han omitido mi versión, actitud que no se encuadra dentro de los deberes periodísticos de brindar una información que corresponda a la realidad objetiva.

En la publicación del 2 de octubre se asume una posición parcializada, pues se asume y se da por sentado que lo manifestado por la doctora Ana María Garzón es por completo cierto, cuando en realidad corresponde a su personal visión de las cosas.

Por el contrario, desde el punto de vista eminentemente legal, considero que la investigación por ella adelantada no se encontraba ajustada a derecho, posición jurídica que me condujo a interponer el incidente de nulidad que la doctora Ana María negó, pero que posteriormente la nueva procuradora acogió incluso de oficio, circunstancia que en términos legales implica que la irregularidad cometida dentro de la investigación era de tal entidad y tan evidente, que la propia Procuraduría debió reconocerla oficiosamente.

Sin conocer los motivos que condujeron al retiro del servicio de la doctora Ana María, debo señalar que mi exitosa carrera en la jurisdicción contenciosa administrativa y buen nombre se vieron truncados abruptamente por una investigación disciplinaria adelantada a la ligera y por sobre todo por fuera de los cauces legales.

Por último, debo expresar que, a la par con la sociedad colombiana y el Consejo de Estado, soy una víctima de los hechos investigados, razón por la cual el primer interesado en que la investigación se adelante y se llegue a establecer a todos y cada uno de los responsables soy yo, pero eso sí, siempre dentro de los lineamientos que consagran la Constitución y la Ley.

 Mayfren Padilla Téllez. Bogotá.

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