La modernización es una aspiración común de todos los pueblos del mundo, y no es, de ninguna manera, un lujo exclusivo para un pequeño número de individuos y países. China es un gran país en desarrollo con más de 1.400 millones de habitantes, y la modernización china es una de prosperidad común de todo el pueblo. Esto de por sí supone la posibilidad de convertir la modernización de un “bien de lujo” en un “artículo de primera necesidad”.
La prosperidad común es el objetivo consecuente de China
En palabras del presidente Xi Jinping, la prosperidad común constituye la exigencia esencial del socialismo, y la aspiración común de todo el pueblo. Promover el desarrollo económico y social, al fin y al cabo, es para hacer realidad la prosperidad común de todo el pueblo. Desde la fundación de la Nueva China, especialmente desde la entrada del socialismo con peculiaridades chinas en la nueva era, todo esfuerzo que viene realizando China bajo el liderazgo del Partido Comunista de China (PCCh) para lograr la prosperidad común tiene como objetivo responder a las expectativas de todo el pueblo y continuar la lucha para alcanzar la misma meta preestablecida.
La confianza para materializar la prosperidad común viene de las bases de la fundación de la Nueva China y la nueva era del socialismo con peculiaridades chinas
A partir del XVIII Congreso Nacional del PCCh, situando paulatinamente la materialización de la prosperidad común de todo el pueblo en un lugar cada vez más destacado, China ha promovido el desarrollo coordinado entre las diferentes regiones, ganado la batalla decisiva contra la pobreza, y culminado la construcción integral de una sociedad modestamente acomodada. Todo ello ha creado favorables condiciones para fomentar la prosperidad común.
Gracias a la mejora de la productividad industrial y agrícola, la insuficiencia del suministro ya queda solucionada. Como el único país del mundo que cuenta con todas las categorías industriales catalogadas en la clasificación industrial de la ONU, China tiene una industria manufacturera cuyo valor agregado representa cerca del 30 % del total global, ubicándose en el primer lugar mundial. Además, la disponibilidad media de los alimentos per cápita del país sobrepasa los 470 kilos, superando el estándar internacional de seguridad alimentaria de 400 kilos per cápita.
El fortalecimiento del poderío en educación, ciencia y tecnología ha proporcionado un fuerte vigor para el desarrollo sostenible. Más de 200 millones de chinos han cursado estudios universitarios; mientras tanto, la ciencia y la tecnología han contribuido en cerca del 60 % al crecimiento económico del país. A todo ello, hay que sumar las notorias ventajas que poseen sus industrias emergentes estratégicas, tales como los vehículos de nuevas energías y la inteligencia artificial.
El aumento paralelo del volumen económico y los ingresos de la población ha propiciado un desarrollo más inclusivo. En 2022, el PIB de China ocupaba más del 17 % del mundial, y la relación entre los ingresos disponibles per cápita de la población urbana y los de la población rural se redujo del 2,88 de hace 10 años al 2,45. Con una batalla decisiva inédita contra la pobreza, y más allá de los impactos de la pandemia, China ha sacado de la pobreza a cerca de 100 millones de personas en las zonas rurales, acercándose aún más a la meta de la prosperidad común de todo el pueblo.
¿Cómo materializarla? —Con las experiencias y medidas efectivas acumuladas que son acordes con las realidades nacionales
En el camino hacia la modernización, un país no solo debe tener un grandioso plan maestro y una hermosa visión, sino también medidas específicas que estén en consonancia tanto con las leyes generales de la modernización como con las realidades nacionales del país. La modernización china apuesta por un desarrollo a la vez para el pueblo y por el pueblo, cuyos frutos son compartidos por él, y ha logrado importantes avances en la promoción de la prosperidad común de todo el pueblo. Entre ellos, ganar la batalla decisiva contra la pobreza ha sido uno de los éxitos que más atención se ha granjeado dentro y fuera del país. Y son bastante ilustrativas las experiencias y prácticas en esta materia.
Primero, el alivio de la pobreza con medidas precisas y bien focalizadas. Su objetivo esencial radica en maximizar la eficacia de los recursos limitados destinados a esta finalidad. A todas las familias dentro de su jurisdicción que cumplen con los requisitos para calificarse como pobres, los gobiernos de base de China las registran, con un archivo específico para cada una, y les proporcionan continuas ayudas. Sin embargo, para identificar a una familia como pobre, las solicitudes son primero publicadas por los comités de aldea, y después por los gobiernos a nivel cantonal, para luego someterse a una comparación a nivel nacional. Como último paso, los gobiernos distritales las examinan para luego confirmarlas a través de anuncios oficiales. Con esta rigurosidad y transparencia, lo que se pretende es garantizar que los valiosos recursos humanos, materiales y financieros sean destinados a los que más ayuda necesiten.
Segundo, el alivio de la pobreza mediante el empoderamiento. Se trata de ayudar a los objetos de alivio de la pobreza a fortalecer su capacidad de desarrollo independiente, haciendo valer sus ventajas geográficas y con medidas específicas acordes con sus condiciones locales. En comparación con el desembolso directo en efectivo y otros esfuerzos desde el lado del consumo, las medidas de alivio de la pobreza de China están más concentradas en los eslabones de producción como la creación de empresas, el otorgamiento de préstamos para actividades emprendedoras y la capacitación en habilidades.
Tercero, entrega sin reservas de todos los gobiernos y su personal. Desde los órganos del Comité Central del PCCh y los estatales, hasta los gobiernos a nivel distrital y cantonal, los resultados del alivio de la pobreza son tomados como importante criterio para la evaluación, la designación y la promoción de los funcionarios públicos. Las regiones económicamente más desarrolladas se emparejan con las provincias, ciudades y distritos concernientes, proporcionándoles recursos económicos, administrativos y humanos. Hasta la fecha, más de tres millones de funcionarios en regiones con buenas condiciones económicas y de vida han sido designados como primeros secretarios o cuadros acreditados en las aldeas, quienes comen, viven y trabajan junto con las masas necesitadas.
Cuarto, la participación de toda la sociedad. Por medio de garantías con políticas, concienciación y movilización, se ha generado una gran sinergia y un ambiente social que favorecen la participación de todos en el alivio de la pobreza. Muchas empresas de Internet de China han promocionado de forma gratuita los productos de las zonas montañosas mediante el streaming, proporcionando capacitación a los campesinos sobre el uso de los nuevos medios sin cobrarles nada, y creado múltiples puntos de registro de celebridades de Internet y productos de gran venta, resolviendo efectivamente el problema de que “el buen vino, también ha menester pregonero”.
Promover el desarrollo común con la prosperidad común
Solo cuando todos los países se desarrollen juntos podremos lograr un verdadero desarrollo, y cuando todos prosperemos juntos podremos lograr una verdadera prosperidad. A medida que China continúa avanzando hacia la modernización, invertirá más recursos en la cooperación para el desarrollo global, brindará más oportunidades de desarrollo para el mundo, y se esforzará porque los resultados de su desarrollo beneficien más y de una manera más justa a todos los pueblos, abriendo así perspectivas más amplias para el desarrollo común de la humanidad.