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Esto ya no tiene nombre. Qué falta de respeto por las instituciones, por el país, por el maltratado pueblo colombiano. Actrices, actores, deportistas, comentaristas, técnicos de fútbol, ex reinas de belleza, aparecidos y los ya conocidos políticos tradicionales, son los que hoy día están aspirando a una curul para convertirse en los padres de la Patria.
No es que no tengan las capacidades requeridas o sean malas personas. Lo que ocurre es que sus instituciones y el pueblo colombiano, merecemos un poco de respeto por parte de aquellos que pretenden ser elegidos simplemente buscando beneficios personales y sin tener la más mínima idea de lo que se hace en el Congreso o en la Cámara.
Da pena ver algunos slogans de campaña: “El bizcocho con el 48”, “Estoy cansado de que me metan tantos goles”, “Todos conmigo”. Viendo a estos inmensos creativos que les manejan sus campañas publicitarias, no es tan difícil imaginar a los asesores que tendrán, en caso de ser elegidos, para crear leyes, hacer debates de control político y defender al pueblo colombiano.
Esto no puedo seguir así. Ahora es muy fácil aparecer en un ‘reality’, ser extra de una serie o telenovela, ser presentador, comentarista o ex reina de belleza para pretender llegar al Congreso o a la Cámara. Y después, a ganar unos cuantos apetecidos millones de pesos, y contar con un grupo de asesores, auxiliares, secretarias, oficinas y choferes pagados todos por el dinero de los colombianos. Y ello para que terminado su cuarto de hora desaparezcan sin pena ni gloria y regresen, en general, a las actividades que nunca debieron abandonar.
Es de esperar que los que acudimos a las urnas no nos dejemos descretar por una cara bonita, por unas buenas piernas, por la ganadora de un ‘reality’, por un técnico que ganó un campeonato, o, en su defecto, por aquellos políticos que pertenecen a estas instituciones desde hace varios lustros y que finalmente no han hecho gran cosa para merecer llegar a las grandes lides de la política. Esta última debiera ser, cómo dudarlo, una profesión.
Quique Casasbuenas Iregui. Bogota.
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