La templanza del sur del Tolima

Columnistas elespectador.com: Miguel Ángel Barreto*
02 de septiembre de 2021 - 05:00 a. m.

El Cañón de las Hermosas es un símbolo de un Tolima y de una Colombia que hoy son diferentes. Pasar la noche en Herrera, uno de sus corregimientos, ubicado en el municipio de Rioblanco, en la víspera de su cumpleaños número 90, es una manera de agradecer a esta región que dejó atrás unos años duros de sufrimiento por cuenta de los grupos armados ilegales. Su gente valiente da cátedra de fortaleza y solidaridad. Las miradas están puestas en proyectos de unidad donde los protagonistas son familias campesinas, comunidades indígenas y, claro, las víctimas del conflicto armado.

Aunque allá el miedo es una estrategia perdedora, todavía permanece viva en la memoria de los lugareños la imagen dantesca de los horrores de la guerra entre guerrilla y paramilitares. En el año 2000, Puerto Saldaña, inspección del mismo Rioblanco, fue escenario de una masacre que le costó la vida a 27 personas, incluidos siete niños, y dejó más de 400 desplazados, de acuerdo con las cifras oficiales.

Recorrer Chaparral, San Antonio y Rioblanco es una experiencia sobrecogedora, emociona ver que el sur del Tolima está más fuerte y unido que nunca. Sus alcaldes y sus dirigentes han desarrollado acuerdos sobre lo fundamental: allá el sectarismo y el radicalismo no tienen sitio. Es impresionante su capacidad de trabajo más allá de los partidos y su disposición a construir desde la diferencia, sin dejarse someter ante el rigor de las circunstancias: esto les ha hecho inmunes al caudillismo y al populismo.

En medio de imponentes paisajes, atravesados por numerosos ríos y lagunas, resulta gratificante disfrutar una taza de café preparada por nuestros campesinos mientras se conversa animadamente. En sus manos laboriosas comprueba uno que, pese a las adversidades, mantienen intacto el ímpetu de quien se levanta con el canto de los gallos para trabajar día a día, porque en el campo no existe el descanso, y nuestros hombres y mujeres, meten el hombro como auténticos protagonistas de la reactivación económica al país, sobreponiéndose incluso a las afectaciones que trajo la pandemia.

Mi reconocimiento a conservadores y liberales, y a líderes de otras tendencias políticas por todo lo que están logrando; es deber nuestro respaldarlos desde el Congreso de la República porque las necesidades son apremiantes: requieren infraestructura en salud, en educación, en vías y en agricultura. Y la mejor manera de agradecerles, desde nuestra condición de legisladores, es con hechos concretos en favor de sus comunidades y su deseo de una economía basada en el agro y por qué no, en el turismo.

La alcaldesa de Rioblanco, Elisabeth Barbosa es una liberal que da ejemplo de liderazgo práctico y plural. Los alcaldes Hugo Arce y Jorge Vásquez, adelantan labores valiosas por Chaparral y San Antonio, así como el alcalde de Rovira, Diego Guerra, quien acompañó la celebración en Herrera, en un gesto de hermandad, que sirvió para ratificar que las necesidades de la gente no tienen color político.

Sin duda, estos territorios, en el pasado oprimidos por la crueldad de los fusiles, hoy no son los mismos. Atrás quedaron los días de incertidumbre y de inmenso dolor; con la disciplina que nos caracteriza, debemos seguir avanzando en grandes proyectos para retribuir la deuda histórica con el sur del Tolima.

* Senador de la República

Por Miguel Ángel Barreto*

 

Maria(53334)03 de septiembre de 2021 - 12:12 a. m.
Senador olvidó usted decir que el Sur del Tolima también está impregnado por la corrupción, el clientelismo y todos los males que nos atañen a la mayoría de los colombianos. Pregúntele al Sr. Hugo Arce alcalde de Chaparral cuanto es la coima que el pide para la celebración de cualquier contrato
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