Muy interesante el editorial del sábado, “Un poco de ignorancia, por favor”, hay mucha verdad en lo que dice.
Pero sin afán de defender a nadie debo hacer las siguientes precisiones: 1. La grasa subcutánea de los pollos de criadero sí acumula grandes cantidades de estrógenos y se recomienda consumir la carne de esta ave sin el cuero, pues no se conocen bien los efectos que puedan producir estas hormonas, especialmente en los niños; 2. La Coca Cola es un gran destapador de cañerías y sirve también para aflojar tuercas, eso me consta. Les cuento, como una anécdota curiosa, que en mi época de residente de cirugía general utilizamos la Coca Cola para destapar el esófago de pacientes con cáncer que no podían pasar alimento por la obstrucción del tumor. Y los resultados eran muy buenos. ¿Qué tiene la Coca Cola para producir estos efectos? Sería bueno que se analizara el caso y se diera una razón. En cuanto a los alimentos transgénicos, en algunos países se ha prohibido su uso en humanos, o por lo menos no se recomienda.
Cornelio Salcedo O. Cali.
Por una democracia sin encuestas
Si los griegos hubieran “gobernado” o participado en política, de acuerdo con los indicadores de las encuestas, a lo mejor la democracia nunca hubiera nacido. Las encuestas se convierten cada vez más en un “espejismo” de la política, en un simulacro de debate, donde los ciudadanos son arrastrados por el “magnetismo” del voto oportuno. ¿Por qué no reflexionar sobre la razón misma de la democracia, el vivir-en-común, el compartir a través de la palabra (el concepto de animal político en Aristóteles), en vez de encerrarnos en la vulgata, en la doxa, en la opinión superficial que dictan unas encuestas, más o menos transparentes? En el fondo, ¿qué es lo que expresa una encuesta? Y ¿qué tiene que ver una encuesta con el debate ciudadano sobre lo político y el devenir de una sociedad? Menos encuestas y más imaginación al poder, aunque suene anacrónico y a Mayo del 68.
Pedro Escudriñez. Fusagasugá.
Falsas encuestas
Estaba en mora el Consejo Nacional Electoral en ponerle freno a la divulgación amañada de algunos encuestadores. Es de puro sentido común que debe hacerse un control previo (y no al final cuando el daño está hecho) a estas herramientas de información tan delicadas que influyen inmensamente en la decisión de la población votante.
Rubén Benedetti Pizarro. Cartagena.
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