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No entiendo por qué el escritor Santiago Gamboa en su última columna del sábado habla de la indiferencia de la revista Arcadia acerca del tan sonado festival literario al cual asistió.
La verdad es que no he visto tampoco mención de Larsson en Arcadia en su última edición. Mejor no burlarse de lo que no ha sucedido ni de lo que no se sabe pueda suceder. Además, ya que estamos hablando de este tema del festival, cabe apuntar lo que reportaba la revista Semana acerca de los problemas internos del grupo de escritores sobre el enfoque que debía dársele a la violencia en Colombia. Era más o menos la posición Abad (blanda) contra la posición Vallejo (dura). Finalmente sin importar quién de los dos tenga razón sobre lo que es mejor para la exportación del nombre del país, en esa división de ese grupo queda retratada la naturaleza violenta del colombiano: no poder ponerse de acuerdo sobre nada, ser intolerante respecto de todo.
Luis Russi. Bogotá.
Un asilo vergonzoso
La huida de la ex directora del DAS, María del Pilar Hurtado, a Panamá es otra jugada más de esta tempestad corrupta esparcida por ámbitos nacionales y extranjeros. Pero la verdad no se podrá desaparecer, así la escondan o la disfracen. El conceder asilo territorial a alguien que está siendo juzgada dentro de un Estado de Derecho, con las garantías del debido proceso y la suficiente protección física, significa que el presidente de Panamá, Ricardo Martinelli, gran amigo de Uribe Vélez y sus hijos, no fue ilustrado con la verdad. ¿Será recurso de los interceptadores ilegales cuando se ven a un paso de la cárcel? Muy similar a las extradiciones de narcoparamilitares para acallar la verdad y compaginan con la terminación del Ministerio de Justicia en el gobierno del ex presidente Uribe. Si en Colombia no se hace justicia, la Corte Penal Internacional estará presta.
Ómar Muriel Arango. Medellín.
Fe de erratas
En el artículo “A explicar las acusaciones de El Tuso Sierra” publicado en la edición del pasado lunes, hubo un error en el resaltado y el nombre de Juan Carlos Sierra se confundió con el de Carlos Castaño.
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