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Esta semana que se celebró el Día del Periodismo me sentí muy contento de ser un lector de El Espectador.
No sólo es el único medio independiente que queda en el país, sino que cuenta con varios plus para los lectores. Las páginas editoriales son impecables y me interesa particularmente la sección internacional. La nota que publicaron sobre los cubanos en Venezuela refleja claramente cuán preocupante es la situación en el vecino país. Como bien lo señala el informe, hoy en día ese país es “Cubazuela”, y qué decir de lo que pasa en Zimbabue o en Francia con los inmigrantes.
Carlos Fernando Trujillo. Bogotá.
El concepto del magistrado
Excelente el análisis que el diario hizo en su editorial del último número dominical, en relación con la ponencia del Dr. Humberto Sierra Porto sobre el referendo.
Ante la enorme responsabilidad y la expectativa nacional e internacional, se nota a simple vista que el magistrado se tomó todo su tiempo y talento para estudiar paso a paso, dentro del marco legal y hechos sucedidos, el procedimiento utilizado en su concepción para llegar así a un concepto calificado como eminentemente jurídico.
Francisco Rojas. Bogotá.
Sobre la voluntad popular
Cualquier afirmación repetida muchas veces se va volviendo una verdad, sin importar la veracidad de su contenido. Es el caso del argumento uribista respecto al referendo, según el cual “la mayoría del pueblo colombiano” desea que el cabecilla del uribato vuelva a ser Presidente de la república de Colombia. Si se tiene en cuenta que las firmas válidas a favor del referendo son unas 3,8 millones y el censo electoral es de unos 26,6 millones , se deduce que el porcentaje de potenciales votantes que están de acuerdo con el régimen apenas alcanza al 10%, y eso que los promotores del engendro tuvieron mucha semanas para recolectar las firmas y mucho dinero a su servicio. Si el criterio del deseo electoral de los colombianos son los resultados de las encuestas, me parece que su credibilidad y confiabilidad son cuestionables por la forma de hacer las preguntas y el número de personas entrevistadas. ¿Será que 1.200 personas son suficientes para inferir esas cifras?
Diego Hoyos. Medellín.
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