La inminencia de que el Gobierno Nacional de salida termine metiendo al país en deudas, hasta dentro de 30 años por lo menos, con el proyecto del metro del alcalde Moreno Rojas...
La inminencia de que el Gobierno Nacional de salida termine metiendo al país en deudas, hasta dentro de 30 años por lo menos, con el proyecto del metro del alcalde Moreno Rojas —como para que Uribe Vélez comience a granjearse el beneplácito de los bogotanos con sus ambiciones electorales de metérsenos en la Alcaldía capitalina con su conocido nadadito de perro, que mostró en la frustrada reelección—, debe sin duda poner en alerta a los medios y a la opinión pública para que no se deje embaucar en los argumentos que van a esgrimir, cada uno desde su actual orilla, los dos populistas políticos que hoy tienen las riendas del poder y que se encuentran tejiendo sus redes para parecidas pescas electorales.
El Conpes y los organismos competentes en el asunto tienen sin duda una responsabilidad histórica al enfriar los calenturientos conceptos del alcalde Moreno Rojas, los cuales pretenden minimizar los conceptos de las universidades Nacional y de los Andes por no estar de acuerdo con sus ambiciones personales. Por tal motivo, dichas instituciones tienen el reto de hacer valer sus conceptos como aportes responsables y serios que miran el interés ciudadano, de la ciudad y el país, aterrizando las especulaciones superficiales y ausentes de la debida seriedad y disciplina que un proyecto de esta envergadura tiene para el futuro de Bogotá y Colombia.
Antonio Ramírez Caro. Bogotá.
El metro sí lo necesita Bogotá
Loable el comentario editorial “¿Peligra el metro?” (edición del día lunes 28 de junio del presente año), ya que la realización de más estudios sobre su viabilidad sólo representan un desgaste más y el interés por gastar millonarias sumas de dinero en lugar de emprender esta obra que, por donde se mire, la necesitan los más de nueve millones de personas que habitan la principal ciudad colombiana y también sus visitantes. Resulta acertada la defensa que hace el editorial de esta importante obra al señalar que la posición de Esteban Piedrahíta es respetable, pero algo intransigente.
Jorge Giraldo Acevedo. Bogotá.
Metro para noroccidente
La primera línea del metro debe hacerse en forma de “U”, como la proyectaron los japoneses de JICA y diez estudios más, y así fue aprobada por el Concejo hace varios años. Va desde la Av. Ciudad de Cali, sube por la calle 72 hasta la carrera séptima, sigue hacia el sur hasta la calle 13 y baja hasta la Av. Ciudad de Cali. La “L” diseñada por los españoles ahora deja al noroccidente por fuera de la primera línea, lo cual es absurdo.
Alfredo Perea. Bogotá.
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