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Es innegable que Marx puede ser considerado el pensador más influyente de la historia, por su influencia política como por su contribución científico/filosófica. Su legado y vigencia depende de la de sus discípulos; pero hay muchos marxismos, así como hay varios Marx.
En términos conceptuales está el Marx humanista de los manuscritos del 44; el analista de la dinámica capitalista; el profeta de la dictadura del proletariado y el Marx del materialismo dialectico.
Ejemplos de marxismos, a nivel político/económico, son el stalinismo (URSS, Hoxha -Albania); el trotskismo (Mandel); el maoísmo (Pol Pot) y el sistema mixto chino actual; y los nacionalismos antimperialistas (Castro, Ho chimin).
Y a nivel teórico, los neomarxismos (Lukaks y Gramsci) y la escuela de Frankfurt (particularmente Marcuse); e importantes economistas (Sweezy, Kalecky, Lange, los japoneses de la competencia excesiva, Morishima, Shaickh) e historiadores (Hosbawn, Dobb).
Marx es considerado, con Darwin y Freud, como una de las grandes figuras intelectuales del siglo XIX que fundamentaron la comprensión moderna del hombre y la sociedad; las ideas de modo de producción y de lucha de clases son ideas de similar importancia a las de inconsciente y selección natural. Sigue a Hegel en su visión dialéctica de la realidad, su historicidad y su análisis de la alienación, los cuales desarrolla en ontología -materialismo dialectico, en su noción de evolución histórica a través de la lucha de clases y en la de la enajenación del trabajador en la mercancía; mientras que el otro elemento del materialismo dialectico, su epistemología es un empirismo ingenuo prekantiano.
La enajenación del trabajador involucra la reificación de su trabajo como relación social en el fetichismo de la mercancía que es el punto de partida de El Capital. Este avanza con la teoría de la explotación/plusvalía y la acumulación de esta como capital; con la mostración de que el capitalismo contiene las semillas de su propia destrucción como resultado de sus contradicciones internas, las cuales se manifiestan en crisis periódicas.
Marx consideraba que su socialismo era científico, por oposición a otras versiones (de la primera internacional como el Iíbertario Proudhon que criticaba el autoritarismo y el centralismo característicos), pues mostraba su necesidad como reemplazo del capitalismo. Pero el concepto de cientificidad se ha venido definiendo con el avance de la ciencia en la dirección de que sus afirmaciones deben tener consistencia lógica y pasar su test empírico. De manera que Marx no pasa este último criterio con el fallo de sus profecías de la tendencia decreciente de la tasa de ganancia y de la necesaria transición al socialismo con el proletariado agenciando el proceso.
En Rusia, tanto el golpe de estado de octubre (la revolución democrática había sido en febrero) como el supuesto gobierno por los soviets estuvieron controlados por la camarilla bolchevique, de intelectuales y no de proletarios, que se impuso gracias a su organización y disciplina; esquema que se repitió en varios países donde un grupo de iluminados sobre para dónde va la historia agenció revoluciones supuestamente proletarias.
Y en Alemania, que era para Lenin el pivote de la revolución internacional mundial, dado el grado de desarrollo del capitalismo y la magnitud de su proletariado industrial, un conato de revolución agenciada por intelectuales de la talla de Luxemburg, Bernstein y después Kautsky, fracasó característicamente por la desunión de la izquierda (la tendencia de los socialistas a polemizar entre ellos excomulgarse -eso no es marxista-); ¿se debió su incapacidad de operar unificadamente a la falta de un grupo capaz de imponer la unidad y la disciplina (Bolcheviques)?
Esta revolución exhibe una combinación de un proletariado movilizado y organizado (incluidos los marinos), unos partidos operantes y unos intelectuales brillantes; una condición histórica muy particular debilitada por las confusiones con la social democracia y la forma como su líder (Eber) manipuló la situación contra socialistas y comunistas (incluyendo el infame asesinato a golpes de Luxemburg y Liebknetch). Desacuerdos tácticos le dieron la oportunidad a la reacción de organizarse (los freikorps de veteranos de la guerra) y aplastarlos, dando al traste con una organización en que brillantes intelectuales y obreros militantes hubieran podido sacar adelante mancomunadamente una revolución menos elitista/dictatorial y más popular
La otra desviación o revisión de la profecía sobre el proletariado fueron las revoluciones en países atrasados donde la masa de los trabajadores no eran proletarios sino agricultores. Es el campesinismo de Mao, seguido por varios países que compartían esa característica, siguiendo la estrategia de colectivizar la agricultura para generar un surplus para financiar la industrialización, colectivización que resultó en hambrunas, incluso desde la URSS de Stalin (el Holomodor en Ucrania –la salvaje represión contra los Kulaks-). Siempre acompañadas por el liderazgo del grupo de intelectuales iluminados sobre para dónde va la historia, cuyo prototipo fueron Castro y Guevara con su distorsionado contacto con la realidad: Castro, en su furia con Khruschev por haber cedido en lugar de haber desatado una guerra nuclear en Cuba en la crisis del 62, o nombrando a Guevara como presidente del Banco Central de Cuba; y éste, quien estaba convencido de que con otro par de desnutridos en la puna boliviana iba a derrumbar el imperio americano. Como también hubo grandes como el anticolonialista tío Ho en Vietnam.
Así pues, marxismos, leninistas o no, hay de toda índole. El leninismo fue criticado por la misma tendencia por la cual Proudhon criticó a Marx: autoritarismo y centralismo; tan antidemocrático que Chomsky lo ha denominado una forma de revisionismo. Lo que se instauró en Rusia no fue la dictadura del proletariado sino la de los bolcheviques, la camarilla de iluminados violentos que, gracias a las estrategias (siempre engañosas y manipuladoras de Lenin) y a su disciplina y organización, logró permanecer en el poder hasta que el pavor del stalinismo fue moderado con la muerte del emperador paranoide y el ascenso de Khruschev.
Un costo pavoroso de los dos grandes logros de Stalin: la industrialización y la consiguiente expulsión (lograda gracias a la industria pesada, particularmente la militar -su tanque T34) de la invasión nazi, la cual se logró a pesar de errores pavorosos: de ninguna manera aceptar que Hitler invadía, purgar toda su oficialidad ejecutándola como conspiradores diezmando todo el comando del ejército, y el encerramiento en Kiev.
Pero el paradigma de la dictadura bolchevique fue replicado en el Tercer Mundo; en general con resultados desastrosos de sus revoluciones/colectivizaciones agrícolas que resultaron en hambrunas que mataron a decenas de millones, esencialmente por la incompetencia económica de sus planificadores (los casos más recientes, Cuba y Corea, donde la población pasa hambre); unos iluminados sobre el destino de la historia mataron al menos 120 millones de personas (entre Lenin, Trotsky, Stalin, Mao, Pol Pot, Hoxha) para llevarla hasta el paraíso del proletariado (que no resultó en ninguna parte de acuerdo a las leyes del materialismo dialectico). Otra habría sido la historia si una revolución social democrática hubiera triunfado en Alemania bajo el liderazgo de Luxemburg –acérrima crítica de la dictadura bolchevique por antidemocrática-.
En general, las consecuencias económicas han sido negativas, o derrumbándose después de un éxito inicial o destruyendo economías al estilo de la Venezuela del chavismo. Pero el problema es más de fondo: una economía socialista no puede funcionar por carecer de dos elementos que la economía de mercado y el sistema de precios sí proporcionan: incentivos e información.
La incapacidad del sistema económico socialista de proveer lo necesario surge de la prescindencia del mercado, el sistema de precios y la competencia. El sistema provee incentivos errados a los directivos de las empresas: no a la productividad sino al cumplimiento de cuotas, no a la innovación sino a la continuidad estancante, no a la flexibilidad sino al paquidermismo.
Y no puede transmitir la información dispersa necesaria para guiar (mediante los movimientos de los precios -oferta/demanda-) las decisiones de los directivos. O sea que el sistema destruye el factor que hace posible la dinámica económica en el capitalismo: el papel fundamental del empresariado (Schumpeter).
La URSS colapsó porque el sistema económico no era viable para sostener la carrera armamentista (Gorbachov tuvo que negociar arrodillado por unos déficits y deudas imposibles).
Uno de los aspectos más complejos de la historia del socialismo, de la mayor importancia política, es el de su relación con la socialdemocracia. Inicialmente los socialistas marxistas se autodenominaron así, pero los socialistas “científicos”, por oposición a utópicos, excomulgaban a los socialdemócratas como reformistas revisionistas. Fue el caso de Bernstein y Kautsky, que cuestionaron la inevitabilidad y la conveniencia de la dictadura del proletariado (de la camarilla), los cuales enfrentaron una crítica tan implacable (renegado) como la de Marx contra los socialistas utópicos. Lo que afirma la relevancia histórico/política del socialismo democrático que prosperó en Europa (variedades de la Socialdemocracia: Sasson: One hundred years of socialism), de gran trascendencia histórico política, como lo es su trágico reemplazo por el neoliberalismo globalista.
Otro aspecto igualmente complejo e importante es la diferencia entre el enfoque de elite de inteligentsia iluminada vs masa de trabajadores (víctimas de falsa conciencia) de la dictadura del proletariado de Lenin vs. la confianza en que este accederá a su conciencia de clase y a su papel de liderazgo en el cambio de Marx; y la consecuencia del primero en el autoritarismo y centralismo de la dictadura bolchevique agenciada por esa elite. Una constante en los críticos de Lenin desde los Mencheviques hasta Chomsky pasando por R Luxemburg. En cuya dirección la diferencia con la Social Democracia alemana, antes de Eber, en la cual la militancia obrera organizada era de su esencia, es ilustrativa. En Marx la conciencia de clase emerge en el proletariado como mayoría democrática; en Lenin, el atraso económico y la represión política hacen que los trabajadores no desarrollen su conciencia política espontáneamente. Se necesita el partido de revolucionarios profesionales -minoría de vanguardia, y el estado autocrático de Tkachev no para ayudar al trabajador sino para dirigirlo. Así pues, debe reconocerse que el pavor de la dictadura del proletariado, que influyó en la reacción alemana contra el comunismo y dió lugar a algunos de los regímenes más represivos, autoritarios y criminales de la historia, proviene más de Lenin que de Marx.
El stalinismo fue la consecuencia natural del leninismo con su culto a la personalidad (criticando a Lenin), autoritarismo violento y centralismo absoluto. La conciencia iluminada de la vanguardia impone a las masas víctimas de la opresión la hipercentralización y dictatoriedad de las decisiones económicas. Los excesos empezaron con Lenin y Trotsky, con quienes se inició la secuencia de asesinatos en masa que prosperó bajo el emperador paranoide. Un tipo de autoridad imposible sin la concepción leninista de dictadura del proletariado, en realidad ejercida por un líder iluminado.
Algo que sí viene directamente de Marx y Engels es la supuesta extinción de las clases, la moneda y el estado en el paraíso del proletariado, artículo de fe que llevó a desastres en el manejo monetario en la revolución rusa y en otras latitudes. La utopía comunista de Marx, sin estado ni moneda y (como economía de comando) sin mercados funcionales, es una forma de parusía escatológica sin ningún sentido de realidad; una creencia lunática que desconoce el papel de las instituciones en una economía, el del mercado y el del estado -para que éste pueda funcionar.
A nivel político-económico, simplemente señalar que los desastres de Corea y Cuba no hacen en realidad justicia a Marx; en primer lugar porque esta es la historia del lenininsmo, no del marxismo en su sentido original. Por otra parte, el marxismo tuvo una influencia definitiva en el movimiento socialista manifiesto en la 1ª y 2ª internacionales de partidos mayoritariamente socialdemócratas.
La socialdemocracia europea logró el crecimiento inclusivo de la edad de oro del crecimiento capitalista, con su reivindicacionismo pro labour (criticado por los marxistas por no ser revolucionario), hasta su casi colapso con la extensión del neoliberalismo; una tragedia desde el punto de vista de la sobrevivencia del socialismo democrático. Es una catástrofe que, gracias a los extremos opuestos, bolchevismo y neoliberailsmo, la alternativa de las dictaduras del proletariado (de la Nomencklatura) es la que está quedando como forma sobreviviente del socialismo, tirándose por la borda esa gran tradición del socialismo democrático europeo.
Desde el punto de vista económico, salvo periodos iniciales en la URSS y en Yugoslavia, la economía socialista ha sido el fracaso que necesariamente tiene que ser a consecuencia de la carencia de mecanismos adecuados de información y de incentivos. Contrastando con el milagro chino (el logro histórico de sacar a miles de millones de la pobreza gracias a la combinación de coordinación por el estado y los incentivos de mercado) y al crecimiento inclusivo bajo la social democracia europea, ambos señalando a la necesidad tanto del mercado como de la compensación de sus fallas como mecanismo de coordinación.
¿Qué queda de Marx?
nivel de las ciencias sociales, un método de análisis de gran potencia explicativa en términos de evolución de las relaciones sociales de producción y las contradicciones de clase derivadas de estas. Conceptos hegelianos fundamentales como historicidad dialéctica y alienación; esta última extendida a la cosificación de las relaciones sociales a partir del fetichismo de la mercancía (exacerbado ahora con la comoditización o marketisacion de toda realidad social).
Analisis de la dinámica del capitalismo que iluminan sus contradicciones; la competencia tecnológica en la dinámica capitalista; la teoría de las crisis (el ciclo). La importante noción de imperialismo (Lenin, Luxemburg, Kautsky, quien acusó a los bolcheviques de imperialistas). Todo esto frente a equivocaciones como la tendencia decreciente de la tasa de ganancia (contradicha por el cambio técnico) y la necesidad histórica de la dictadura del proletariado sucediendo al capitalismo.
Por otra parte, sus seguidores, a nivel político, legaron lecciones sobre la inviabilidad del sistema, y nivel de la economía y la historia (los mencionados autores) dejaron contribuciones fundamentales.
Por Ricardo Chica
