Recuerdo de Don Luis Gabriel Cano su impresionante dedicación a El Espectador.
De lo único que hablaba era del periódico, de cómo mejorarlo en todo sentido —en su contenido, en su administración, en su tecnología , en sus finanzas—. Permanentemente estudiaba los mejores ejemplos del mundo del periodismo para aplicar sus lecciones —en todas las áreas— en El Espectador. Y recuerdo también su personalidad: sencillo, afable, pragmático. En él se personificaba la esencia del talante de los Cano: una gran voluntad de servicio al país a través de un periodismo independiente de toda presión —una independencia a prueba de todo, ejemplar en la historia mundial del periodismo—, ejercida con firmeza y serenidad, sin las vanidades ni egoísmos que con tanta frecuencia aquejan a muchos poderosos.
Don Luis Gabriel me abrió las puertas del periodismo al permitirme hacer mi tesis de grado —junto con su hijo Carlos— en El Espectador, experiencia en la que mucho aprendí no sólo de sus conocimientos técnicos, sino además de su sabiduría personal. Por esta razón lo llevaré siempre en mi mente y en mi corazón con especial gratitud.
Mauricio Rodríguez Múnera. Embajador de Colombia, Londres.
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Don Luis Gabriel y don Alfonso heredaron la visión patriótica de don Fidel Cano, fundador de El Espectador, y durante varias décadas prolongaron desde sus cargos de mando la misma pauta de independencia intelectual y ética, que hoy por fortuna se sigue proyectando para ventura de la democracia, del país y de sus consagrados y eternos lectores.
Juntos fueron pioneros en la evolución de la prensa escita colombiana en las postrimerías del siglo pasado y el ejemplo de El Espectador, como siempre, fue vital para el remozamiento del diarismo nacional de la época.
Sus fallecimientos ocurridos en un mismo ciclo de tiempo sellan sus vidas paralelas y a quienes tuvimos la suerte de compartir con ellos nos producen idéntico dolor.
Para toda la familia Cano mi más profundo sentimiento de solidaridad y sentidas condolencias por la muerte de tan recordados y consagrados hombres de prensa.
Gonzalo Silva Rivas. Bogotá.
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