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Sobre el editorial "La gravedad de un despropósito"

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Columnistas elespectador.com
09 de junio de 2010 - 03:13 a. m.
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Para poder juzgar, se requiere escuchar a ambas partes, porque si uno oye a uno, con seguridad le da la razón. Y si escucha al otro, solamente, también le dará la razón.

Por seguir la opinión de un solo lado, le han dado eco a una desinformación que perjudica al Estado de Israel. Hubieran visto en Youtube la película que presentó al día siguiente CNN, mostrando cómo fueron golpeados los soldados israelíes  al abordar el barco # 6, y las toneladas de armas de largo alcance que traían, capaces de llegar desde Gaza hasta Tel Aviv y Jerusalén, además de las palabras del primer ministro Netanyahu, preguntándoles a los demás países que si su vecino estuviera trayendo ese armamento para dirigirlo contra su país, qué no habrían hecho o  si no hubieran  actuado en forma mucho más contundente de lo que hizo Israel.

Precisamente, la razón por la cual Israel ha bloqueado el ingreso de  “ayudas” vía marítima es para evitar el ingreso de armas para Hamas.  Todas las ayudas que recibe Israel para Gaza (además de las que el mismo Israel les proporciona a los habitantes de Gaza, como energía, agua, alimentos, medicinas y ayuda médica en hospitales de Israel)  las recibe en los puertos de Ashdot o Haifa, las revisa y las entrega totalmente al pueblo de Gaza.

Me gustaría que en vez de dejarse manipular en las informaciones y a la vez perjudicar al Estado de Israel, ustedes ayudaran  a difundir el hecho de que Israel es la única democracia en el Oriente Medio, donde existe libertad de expresión y libertad por la vida, cosas desconocidas en la gran mayoría de los países vecinos, incluida Gaza.

 Enrique Kadoch.  Cali.

Honrosa compañía

La edición en inglés que se anuncia de Costaguana, novela de Juan Gabriel Vásquez, honra a sus colegas y lectores de El Espectador. No me cuento entre sus cultores literatos, pero sí entre quienes leen con fruición sus notas periodísticas refrescantes, mezcla de lo literario y lo político, sin caer en el “mamertismo” típico del garciamarquismo. La manera mediante la cual reseña a sus autores preferidos o sus lecturas es refrescante, constituye un aliciente para quienes no tuvimos la fortuna, como él, de ser formados en la infancia leyendo a Joyce.

 Bernardo Congote.  Bogotá.

Fe de erratas

En el editorial “La evolución de los rojos”, un lapsus llevó a que el nombre del ex candidato presidencial Germán Vargas Lleras fuese confundido con el de su hermano. Sinceras disculpas.

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