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Sobre el referendo

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Columnistas elespectador.com
01 de marzo de 2010 - 01:08 a. m.
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Es comprensible la decisión de la Corte Constitucional. El referendo fue pésimamente tramitado por sus promotores y se violaron muchas normas. Lo hubieran preparado mejor jóvenes de quinto año de derecho.

Ahora, los cinco millones de firmantes esperamos que el presidente Uribe siga sirviendo a Colombia “desde cualquier trinchera”, que podría ser la Alcaldía Mayor de Bogotá, la Alcaldía de Medellín, una nueva Gobernación de Antioquia o también podría ser el próximo Ministro de Defensa del nuevo mandatario. ¡Nuestra gratitud al presidente Uribe por sus ocho años de incansable trabajo buscando legarles un país mejor a las nuevas generaciones.

  Alejandro Osorio V. Bogotá.

* * *

El 26 de febrero de 2010 falleció el controvertido e inconstitucional referendo reeleccionista (segundo) a favor del Presidente. Según la necropsia, murió por invasión generalizada de antidemocracia y corruptela. El entierro se aplazará hasta el siete de agosto próximo. Quedan invitados para el entierro de primera categoría, dada la abundante participación ciudadana que se prevé para el 7 de agosto. Antes habrá el anuncio victorioso de que ganó la democracia.

Después de los años mozos, alegres, altivos y victoriosos, vienen los dolorosos: deslealtad, soledad, vejez y muerte. Bien por la honorable Corte Constitucional y compatriotas que asumieron el reto con sabiduría y en defensa del Estado de Derecho.

 Ómar León Muriel Arango. Medellín.

* * *

 

La inexequibilidad del referendo privó a Colombia del apagón democrático al que íbamos. Después de una reforma constitucional contaminada de corrupción para un segundo período presidencial (ver la yidispolítica), el presidente Uribe ha debido renunciar a una segunda reelección esperanzada en un referendo plagado de vicios. Para enrumbarnos en la verdadera democracia, los partidos políticos deben reconocer sus aportes de corrupción y fanatismo en la descomposición del país. Triunfó la razón, que es el fundamento de la verdadera democracia. Falta reforzar el poder implacable y severo de la justicia contra los corruptos y sus nexos de consaguinidad y afinidad. La vía está abierta, tenemos magistrados con ardiente amor de patria.

 Isaac Vargas Córdoba. Florencia.

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