Ya se intentó, con demasiada demora, legislar sobre el consumo del tabaco. Ahora debe legislarse sobre el consumo del alcohol.
Seguramente ustedes se han dado cuenta de que las licoreras y las cerveceras violan descaradamente la ley que obliga a informar sobre el daño que causa el alcohol. Los avisos de prevención se escriben en líneas verticales que nadie lee y se transmiten por radio y televisión como texto acelerado que nadie entiende. Además, en todas las camisetas que usan los deportistas se omite la leyenda sobre el daño que causa el alcohol. ¿Se atreverá el Congreso a limitar el poder malsano que ejercen los productores y dispensadores de alcohol?
Carlos Fradique. La Vega.
“Nobel” ignorado
Con asombro y tristeza vi que lo que debería de ser una de las noticias más importantes y de mayor alegría para Colombia, el premio Nobel para un colombiano, no ameritó ni siquiera una mención en su periódico. Con la corrupción endémica y la mayoría de la población involucrada de un modo u otro con los asesinos paramilitares o terratenientes mafiosos o cerrando sus ojos a los asesinatos, secuestros y minas antipersona de las guerrillas, el Nobel a un colombiano debería estar en primera página no sólo por uno sino varios días. Pero no, los periódicos colombianos reservan la primera página para futbolistas, golfistas o reinas de belleza o de la panela. Hemos perdido completamente el sentido de los valores.
Guenther Roppel. Bogotá.
N de la D.: El corresponsal muy seguramente se refiere al Premio Gotemburgo del Desarrollo Sostenible otorgado al ex alcalde de Bogotá Enrique Peñalosa, noticia que sí fue registrada en el periódico aunque no, ciertamente, en la primera página.
Iglesia y partidos políticos
Las directivas de los partidos Uribistas reaccionan frente a sus corruptos como la Iglesia frente a sus pederastas, quizá porque la Iglesia tiene algo de partido político, pero sobre todo porque los partidos políticos se parecen cada vez más a la Iglesia. No es fácil interpretar ese instinto perverso por el que el Vaticano protege a sus delincuentes y las formaciones políticas a sus malhechores, pues la realidad demuestra que esa actitud, a medio y largo plazo, provoca calamidades.
Por su aterradora similitud a nuestro medio, no pude resistir la tentación de adaptar los primeros renglones de la columna del laureado escritor Juan José Millás, ¡Joder!, en el diario El País, de Madrid.
Juan Maal. Barranquilla.
Envíe sus cartas a lector@elespectador.com