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Un debate de principios

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Columnistas elespectador.com
06 de diciembre de 2010 - 01:54 a. m.
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Nuevamente se enfrentan la Corte Constitucional y el Procurador por la defensa que éste último ha venido haciendo de la vida humana y su negativa a difundir la sentencia de la Corte, que obliga a informarles a los colombianos sobre los casos donde la ley considera que es legítimo abortar.

La polémica es interesante, pues lo que en el fondo se debate es sobre los sistemas valorativos, modelos morales, de justicia o culturales desde donde se está interpretando la vida humana. Los múltiples modelos de justicia se pueden agrupar de manera sintética en tres grandes enfoques. El primer enfoque, defendido por el Procurador, es el de una justicia basada en principios. Su origen se remonta a la filosofía política de Aristóteles y Platón. El segundo enfoque está representado por los esquemas del consenso, del vivir la realidad efectiva de las cosas y sus principales representantes Maquiavelo, Hobbes, y Locke. El tercer modelo está representado por la noción de justicia en su horizonte utilitarista (John Stuart Mills). Una aproximación más profunda nos llevaría a reconocer puntos valiosos en la definición del sujeto humano y en la construcción de su subjetividad en los últimos 300 años gracias a la articulación de estos modelos de justicia. La Corte Constitucional, en su defensa de los causales legítimos del aborto en Colombia, se ha dejado orientar por los criterios del consenso y de la utilidad. El Procurador, más aristotélico en su visión de mundo, nos quiere fijar criterios de actuación jurídicas, más cercanos a los valores del cristianismo y mucho más radicales en su defensa de la persona humana ante cualquier situación, cultura, institución o criterios que pretendan desconocer dicha dignidad. La controversia es simple: el enfrentamiento se refiere a visiones de mundo y de valores. Sin embargo, el enfrentamiento es vital en lo referido a la noción de sociedad que queremos y de los límites a la acción omnipotente del Estado en su relación con los individuos y el sentido profundo que tienen las leyes. Si bien la soberanía popular es el criterio básico de las democracias modernas, los consensos derivados de ella tienen que referirse a principios. La Corte Constitucional no representa al poder soberano del pueblo, que como sabemos, abiertamente se ha manifestado en contra del aborto en Colombia. Por lo tanto, la defensa del Procurador, al recordarnos la importancia de la justicia basada en principios, uno de ellos: la vida es sagrada, tiene una enorme significación de orden cultural, ético y moral, ya que nos recuerda a todos los colombianos que existen principios y valores que a su vez le ponen límites al actuar omnipotente del soberano, en este caso la Corte Constitucional. Los consensos, sin límites y pautas axiológicas claras y verdaderas, la historia lo demuestra, es el medio más efectivo para irradiar la violencia física, y simbólica y conduce inexorablemente al derrumbamiento de una sociedad y de una civilización.

  Dr. Prof. Felipe Cárdenas.  Bogotá.

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