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Una foto polémica

Columnistas elespectador.com

23 de mayo de 2010 - 09:50 p. m.

La foto de la cornada me pareció tremendamente amarillista y morbosa para estar de ese tamaño y en portada. En página interior y con tamaño mesurado habría sido suficiente.

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No puedo creer que no existieran fotos mejores y de mayor vigencia nacional.

Entiendo que captar el momento haya sido espectacular. Pero no comparto que El Espectador se convierta en El Espacio. De allí a que me muestren luego el momento en que le disparan a alguien en la cabeza y salgan los sesos a volar no encuentro mucha diferencia. Ojalá que no terminemos en ese tipo de fotos como una constante.

 Luis Alberto Arango E. Bogotá.

La autonomía universitaria

Las 32 universidades públicas colombianas son un escenario de controversia permanente, una caja de resonancia de los problemas que aquejan al país. La población estudiantil de alrededor de medio millón de personas no puede aislarse de un país azotado por los cuatro costados. Los problemas de financiamiento son recurrentes y amenazan con su sobrevivencia. En cifras del Ministerio de Educación Nacional (MEN), para el período 2002-2009, mientras la matrícula en educación superior (incluyendo al Sena) aumentó 12%, la inversión sólo se elevó en 60,6%, lo que representa cerca del 20% del presupuesto asignado a Defensa y Policía. En esas condiciones, la reivindicación de las universidades públicas por mayores aportes que satisfagan las expectativas de una ampliación de cobertura con calidad es válida y justificada.

Los recientes episodios de tropel estudiantil son una manifestación del malestar reinante en las universidades públicas. La movilización y la protesta no se pueden criminalizar ni confundir con el vandalismo anarquista. Si bien es cierto que el campus universitario no es un santuario extraterritorial, no se puede utilizar el pretexto de aislados brotes de delirante y anacrónico activismo de jurásicos “guardias rojos” para invadir sus predios. La autonomía universitaria es una conquista irrenunciable. El gobierno universitario no puede permitir que cualquier manifestación de disidencia o de cuestionamiento a las políticas universitarias tenga un tratamiento de orden público. La universidad pública encara el desafío de sus contradictores internos y enemigos externos, en los que, estos últimos, socavan su prestigio y reconocimiento social. Defenderla es un compromiso de todos.

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 Edilberto Rodríguez Araújo. Profesor de la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia (UPTC). Tunja.

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