Vicios de la salud "preventiva"

El editorial de El Espectador del martes 12 de octubre abre un necesario debate sobre los alcances del Código de Policía que promueve el nuevo Gobierno.

Parece ser que la idea de la “guerra preventiva” sigue haciendo carrera, ahora en la vida privada de los ciudadanos. El Código de Policía quiere convertirse cada vez más en un arma del Leviatán contra los mismos ciudadanos. Se quiere saber y escudriñar todos los detalles de la vida íntima de las personas para controlarlas de raíz. Pero, ¿la “depresión” se considera como algo que “turba el orden público”? ¿La Policía debe ocuparse de estos temas? ¿Se convertirán los psiquiatras en policías o los policías en psiquiatras?

Yo llevo muchos años en “depresión” (no siempre medicada) y ya me veo en problemas con el policía de la esquina cuando me vea caminando con la mirada hacia el piso, como si fuera derechito a la Tabaquería de Fernando Pessoa. O si voy cantando melancólicamente algo de Sui Generis, y tarareo “botas locas”... ¿qué será de mí? ¿Me detendrá? Pero, me pregunto también, qué pasará con los “policías-depresivos” (ya no en los deprimentes que son los más). Toda esta historia parece sacada de una obra de teatro de Ionesco.

El Código de Policía quiere reprimir a todos y de muchas maneras. ¡Oh, qué será de las prostitutas que se vistan con la bandera de Colombia y se sientan “deprimidas”! ¡Qué será de los borrachos que canten el Himno Nacional y se sientan “alterados”! ¡Qué será de los celadores que ponen escudos de Colombia en las tapas de sus inodoros! ¿Cesará la horrible noche para todos ellos? Oh Gloria inmarcesible...

P.D. En estos días empieza el III Congreso Nacional de Filosofía. He aquí un tema para discutir, desde la óptica de Foucault, por ejemplo, en torno a la “gobernabilidad y disciplinamiento” de los sujetos.

 Gabriela Amar. Sibaté.

Día del Mestizaje

Más allá de la polémica, si el 12 de octubre es el Día del Descubrimiento de América, o el Encuentro, debería llamarse el Día del Mestizaje.

Mestizo: “Animal o vegetal que resulta de haberse cruzado dos razas distintas (...)”. En el siglo XVI el imperio español lo aplicó a los seres humanos. Desde  siempre ha existido el mestizaje, y nuestra América precolombina no ha sido la única en mezclarse. El Día de la Raza es un concepto ambiguo, pues algunas etnias sobrevivientes no se identifican con esta filosofía. Nuestros indígenas americanos por lo único que han reclamado es por la expropiación de sus tierras y por ser señalados como seres sin alma, por amar el sol, la luna y las estrellas.

 Helena Manrique Romero. Bogotá.

Envíe sus cartas a lector@elespectador.com