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Avalancha de presidentes convictos

Cristina de la Torre
17 de agosto de 2021 - 05:30 a. m.

¿Será Colombia el lunar entre los 11 países de América Latina que en dos décadas han procesado a 20 mandatarios por corrupción y por violación de derechos humanos? ¿Prevalecerá la Fiscalía, que pide cerrar investigación contra el expresidente Uribe por supuesta manipulación de testigos que lo vincularían al paramilitarismo de Antioquia y a la creación del Bloque Metro, sobre los 1.554 folios de pruebas y argumentos que la Corte Suprema consolidó sobre el caso, tras seis años de investigación? Grande paradoja sería este entrampamiento de la justicia en el país que entre sus pares funge como democracia estable; así consista ella apenas en combinar elecciones regulares con violencia armada como modus operandi de la política. Renunciados esos presidentes, o prófugos de la justicia o tras las rejas, desnuda Latinoamérica su cansancio con el abuso ancestral de gobernantes elegidos que agitan el sable y llenan su faltriquera en la impunidad. ¿Y Colombia?

Un alud de interceptaciones legales, testimonios, inspecciones técnicas a cárceles, grabaciones y chats le permitió a la Corte Suprema concluir que “la prueba indiciaria es absolutamente clara, inequívoca y concluyente de (la condición de Uribe) como determinador”. Pero la Fiscalía nada ve o se finge ciega para pedir la preclusión del proceso dizque por falta de pruebas. Pese a que los delitos contemplados aquí pertenecen a la misma gama de los hallados en el vecindario, y hasta pueden desbordarla.

Tras la condena de 25 años de prisión a Alberto Fujimori por corrupción y por ordenar el asesinato de 25 personas, en Perú se investiga a seis de los últimos siete presidentes. También Alejandro Toledo, Ollanta Humala y Pedro Kuczynsky dieron con la cárcel, y ya Matín Vizcarra la olía. Alan García se suicidó a dos pasos de su detención. En Ecuador, Lucio Gutiérrez y Rafael Correa (condenado a ocho años de prisión) son prófugos de la justicia. También huyó de la fiscalía boliviana Sánchez de Lozada, mientras Jeanine Añez paga condena por sedición y terrorismo. Ricardo Matinelli fue detenido en Panamá por espionaje a la oposición y por corrupción. En Brasil perdió su libertad durante años Lula da Silva y su sucesora, Dilma Roussef, la silla presidencial. La fiscalía de México cierra el cerco contra Peña Nieto. Y en Argentina Carlos Menem pagó cárcel por tráfico de armas y por corrupción; a Cristina Fernández la investigan por enriquecimiento ilícito de ella, de su esposo (también presidente) y de la familia en pleno.

Guatemala es caso aparte. A una orden de detención de la fiscalía renunció a la presidencia Otto Pérez Molina. El hecho es epílogo de una investigación de Naciones Unidas presidida por Iván Velásquez, exmagistrado de la Corte Suprema de Colombia, que señaló el mismo destino para centenares de figuras públicas y otros tres expresidentes del país. Hubo conmoción en el continente. Y ésta derivó en manifestaciones multitudinarias en Guatemala contra el decreto del presidente Jimmy Morales que expulsaba del país al investigador. Es que el propio hijo del Ejecutivo y su hermano habían caído en desgracia por lavado de dinero y fraude. Velásquez, astro de la Corte Suprema contra la parapolítica en Colombia, fue blanco codiciado de la celada que el Gobierno de Uribe le tendió al alto tribunal. Venía él de enfrentar la mafia de Escobar y la parapolítica en Antioquia.

Aun contra la saga del subcontinente que pone en cintura la impunidad amparada en el abuso de poder, porfía nuestra Fiscalía en negar evidencias judiciales para sabotear el pronunciamiento de la justicia en un Estado de derecho. La esperanza es que prevalezca el rigor de la Corte Suprema sobre la chapucería políticamente interesada de la Fiscalía. Emular conquistas como las de Iván Velásquez, el valiente, y respirar un día mejores aires.

Cristinadelatorre.com.co

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Lorenzo(2045)18 de agosto de 2021 - 06:04 a. m.
En el siglo XVIII, las monarquías del Trópico de Cáncer estaban mamadas, sin la legitimidad ‎antes reconocida. Como virreyes, aún hoy los enfermos tropicales se creen herederos del llamado "derecho divino"... y ¿quién les cree? A pesar que estos dictadorzuelos sudacas invocan su legitimidad basada en la 'soberanía popular': democracias sobrevivientes a punta de derechos divinos y elecciones libres
Contrapunteo(18670)18 de agosto de 2021 - 02:58 a. m.
Muy cierto respetada Doctora. En muchos países por lo menos les dictan orden de captura, pero en este platanal nunca pasará nada, burlan todas las instancias y recurren a lo que sea para tapar sus fechorías amparados por las instituciones que les cubren sus delitos y los protegen El ideólogo y narcoparaco mayor a.u.v es el vivo ejemplo delincuente de cuello blanco untado de mucha sangre.Matarife
sulfuratus(70968)18 de agosto de 2021 - 02:00 a. m.
Gracias Cristina por tan interesante columna.
Arkanos(kwupp)18 de agosto de 2021 - 01:28 a. m.
Colombia entera descansará el día que matarife, acorralado, proceda igual que el valeroso Alan García, de lo contrario esperaremos que se cumpla la última predicción de Walter Mercado: padecerá en el uberrimo un cáncer testicular que se le comerá hasta las patas de la cama...
Tayrona(31467)17 de agosto de 2021 - 11:17 p. m.
Así sea Cristina. Mil gracias.
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