Mientras en Colombia la apretada rosca de los elegidos celebra 30 años del libre mercado que rebosó sus arcas, Boric reinicia en la región el reencuentro con la socialdemocracia en su modo latinoamericano de promotora del desarrollo. Se despliega aquí el ceremonial del neoliberalismo, religión laica cuyos ritos y pontífices no consiguen barnizar sus estropicios: el desmonte de la economía propia y el hambre impuesta a medio país. Y patalea la derecha: advierte el columnista Andrés Espinosa que con Boric se lanza Chile al abismo comunista. Pero el presidente elegido por aplastante mayoría encarna una nueva izquierda. A expresa...
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