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El muro de La Habana

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Cristina de la Torre
20 de julio de 2021 - 05:30 a. m.
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Hace 32 años cayó el muro de Berlín y se disolvió el emporio comunista de la Unión Soviética. Mas no su satélite en América Latina, la Cuba que acusa el coletazo tardío de aquella conmoción. Miles de isleños se insubordinan por vez primera en seis décadas contra la dictadura de partido-uno y caudillo-uno para el pueblo-uno, indiviso, unánime, fusionado en la pobreza: se grita patria, vida y libertad. Francis Fukuyama, doctrinero del optimismo capitalista en bruto que en 1989 reverdecía, había decretado el fin de la historia, el imperio inextinguible de la democracia liberal, que se edificaría sobre el cadáver del capitalismo redistributivo que el Estado de bienestar, artífice del pleno empleo, había instalado en Europa y Norteamérica

Mas el de Fukuyama fue sólo un sueño. Si a fuer de democracia económica conculcó Cuba toda libertad y llenó de disidentes sus mazmorras, a fuer de individualismo radical y de libertad de mercado se tomó el neoliberalismo por asalto la democracia liberal y la acomodó a la angurria de los menos, hasta sumirla en la aguda crisis que hoy padece. Ataque a la democracia desde ambos flancos. Al lado de la cubana, proyectada a Venezuela y Nicaragua, aparece ahora la variante neoliberal del totalitarismo: la de Bolsonaro y, en pos de ella, la de Duque.

En alarde de hipocresía que unos registran con sorna, con rabia otros, insta nuestro Gobierno al de Cuba a respetar el derecho a la protesta de sus nacionales, cuando allá la represión contabiliza un muerto y aquí 73. Cuando Colombia involuciona a paso marcial hacia el régimen turbayista del Estatuto de Seguridad, no igual pero sí vecino de las dictaduras del Cono Sur. Respira el presidente Duque la alarmante aleación de ese régimen con el de Seguridad Democrática cuyo mentor, jefe del partido en el poder, legitimó en mayo la autodefensa armada de militares contra manifestantes inermes; y en su Gobierno se habrían presentado 6.402 falsos positivos, según la JEP. Aunque con centellas de color opuesto, si por Cuba llueve, por acá no escampa.

Allá y acá mueve el hambre la protesta. Pero en Colombia cundió con motivo de la pandemia y en Cuba se agudizó la que venía. Fruto del bloqueo criminal a la economía, sí, pero sobre todo de la ineficiencia del sistema que se dice socialista pero no produce y privilegia sin pudor a la camarilla de gobierno, la nomenklatura, una oligarquía tan odiosa como aquella que dio lugar a la revolución. Y tan abusiva del poder. Con la grave crisis económica y de salud acicateada por la pandemia estalló el hartazgo acumulado de la sociedad que 400 víctimas entre detenidos y desaparecidos profundizan hoy.

Sorprendido en la protesta del pueblo que clama por su supervivencia (por comida y medicamentos en el país que deriva la tercera parte de sus divisas de la exportación de médicos al mundo entero), Díaz-Canel convoca a la defensa cuerpo-a-cuerpo de la revolución contra los “disidentes-delincuentes (…) Por encima de nuestros cadáveres… estamos dispuestos a todo. La orden de combate está dada, ¡a la calle los revolucionarios!”, perora melodramático, insinuando paladinamente la guerra civil.

Con el desplome del muro de Berlín, la Guerra Fría tocó a su fin. Pero la anhelada democracia liberal se escabulló entre los bolsillos de banqueros y grandes corporaciones, para crear desigualdades sociales sin precedentes en mucho tiempo; y bien prohijadas por tiranos de todo pelambre, en cíclica reinvención del personaje: como Castelo Branco disfrazado de Bolsonaro. O en las dictaduras socialistas, Batista disfrazado de Fidel, Somoza disfrazado de Ortega, Pérez Jiménez disfrazado de Maduro. Estos últimos, para aplastar a sus pueblos en la indigencia. ¿Caerá el muro de La Habana, símbolo eminente de la confluencia entre el viejo dictador latinoamericano y el soviético?

Cristinadelatorre.com.co

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edgar(11732)21 de julio de 2021 - 05:06 p. m.
Digna de pesar la postura del que pretende arrepentimiento por haber sido afín a la izquierda. La gran mayoría "cae" en el limbo del CENTRO, entendido como postura política. Craso, resultan más patéticos, aunque algo más consistentes, los que terminan abrazando la derecha y todavía más, la ultra derecha.
ERWIN(18151)21 de julio de 2021 - 11:42 a. m.
los extremos ..todos nefastos ..de izquierda como de derecha ..
Lalo(70277)21 de julio de 2021 - 12:11 a. m.
Esta vez tacó burro doña Cristina. Por qué no dice que en Cuba no hay masacres ni asesinatos de líderes sociales como aquí. Y no es porque nos vaya a hacer creer que es por la represión del régimen. Ese cuento ya no se lo cree nadie. El pueblo cubano defiende su revolución. Otra izquierdista arrepentida. Esos son de los peores
Pedro(86870)20 de julio de 2021 - 05:52 p. m.
Excelente que los cubanos pidan libertad y que los colombianos pidan que el gobierno criminal no mate a sus jóvenes. Creo que esa diferencia es fundamental. Cuba es hija de la guerra fria, Colombia es hija de un gobierno mafioso. J M Santos quizo hacer un mejor país pero el gobierno mafioso no lo permitio. ¡Es claro decirlo!
Usuario(98320)20 de julio de 2021 - 05:26 p. m.
Que confuso le resulta a doña izquierdosa criticar la fallida política comunista....
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