Sentimientos encontrados se tejen en la reanudación de diálogos con el Eln: esperanza, pues esta vez concurren circunstancias inéditas que prometen allanar el camino de la paz, pero también desconcierto porque sería esta la primera vez que se negocie un conflicto sin exigir entrega de las armas, es decir, sin garantía de terminarlo. Además, podrían ellas derivar en espada de Damocles para presionar el cumplimiento de cada decisión parcial que la mesa adopte. Así, el Eln actuaría como veedor armado sobre el ejercicio del Gobierno legítimo y aumentaría el poder del fusil para contiendas menos nobles. Como su batalla por rutas del...
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