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Grupos económicos: la mano al dril

Cristina de la Torre
22 de agosto de 2023 - 02:05 a. m.

Un escandaloso grado de concentración del poder económico sitúa a Colombia entre los países más desiguales del mundo. En depurado análisis (Le Diplo) concluye Libardo Sarmiento que entre nuestras 2’161.000 empresas solo 50 definen el destino del país. Reciben ellas ingresos operacionales equivalentes al 36,7 % del PIB y emplean apenas el 1,3 % de la fuerza laboral. Las ganancias de las 1.000 mayores empresas subieron el año pasado 40,8 %. Cinco compañías bancarias controlan el 72 % del sistema financiero. En esta estructura consolidada de nuestra economía, podrá el gran capital sortear con menos afugias la difícil coyuntura: un bajón de 24 % en la inversión, inducido sobre todo por la elevación de las tasas de interés por el banco central, conlleva menos producción, menos crecimiento de la economía y amenaza el empleo. Más debilitadas para sortear la desaceleración se verán la pequeña y la mediana empresa, el grueso del empresariado.

En el 8° Congreso Empresarial en Cartagena, Bruce Mac Master, vocero de la ANDI, se hace eco de la insistencia del presidente en allegar acuerdos con la élite económica: con el empresariado y los gremios de la producción. Propone redoblar esfuerzos para acelerar el cambio y cerrar brechas en ingresos, educación y salud. Y revitalizar el modelo de asociación público-privada en dos momentos: primero, para enfrentar las dificultades de la desaceleración inyectando inversiones en infraestructura y construcción; segundo, puesta la mira en el largo plazo, para embarcarse en la reindustrialización.

Concedida la distancia que pueda mediar entre el discurso y la real disposición a la acción, difícil calibrar la viabilidad de la propuesta. Y no porque al gran empresariado le signifique sacrificio o concesión de privilegios, pues dinamizar la economía y crear riqueza será siempre un buen negocio. Para ricos y pobres. Es que implicaría desplazar el eje del modelo especulativo y rentista al modelo productivo, ya reducido a su mínima expresión.

De la banca de fomento, que durante casi todo el siglo XX fuera motor de la industria y la agricultura, no queda sino el recuerdo. Salvo el Banco Agrario. Señala Hernando Gómez Buendía que el sistema financiero está concentrado hoy en tres actores principales e integrado a su turno en los mayores grupos empresariales: el GEA (Grupo Empresarial Antioqueño), el Grupo Aval y el Grupo Bolívar. Los dos primeros monopolizan los fondos de pensiones, principal ahorro de los colombianos.

Vino el salto, inesperadamente, de la Constitución del 91, que revolcó la forma de financiar los gastos del Estado. Desde entonces, no puede el Gobierno acudir al Banco de la República sino a la banca privada, que le presta con intereses elevados. “La deuda pública —escribe Gómez Buendía— es hoy fuente principal de las ganancias que reporta cada año la banca colombiana. En 20 años pasó (el sector financiero) de generar el 8,8 % del PIB al 22 % en 2017. Un cambio en la composición sectorial de la economía (casi) sin precedente en el mundo. La Carta igualitaria del 91 les entregó la economía del país a dos grupos financieros gigantes”.

El pacto para transitar de un país con monopolio cerrado de la riqueza hacia otro con más democracia y equidad debería principiar por un compromiso de los banqueros con el cierre financiero, a tasas mínimas, de los proyectos de infraestructura y construcción, a punto de ejecución. Con jugosos aportes a la reforma agraria en marcha (titulación, compra, entrega de tierra a campesinos y sustitución de cultivos ilícitos con adjudicación de la parcela respectiva). Y, abordada la reactivación, proyectarla hacia el complejo estratégico de la industrialización. Grupos económicos: en reciprocidad por los favores recibidos, ¡la mano al dril!

Cristinadelatorre.com.co

 

Win(76151)23 de agosto de 2023 - 06:57 p. m.
Que error ese de que la banca privada financie al país! Gracias por sacar a la luz ese detallito. Los banqueros son como Narciso: yo soy el que más alumbra. Que pesar.
Darío(12941)23 de agosto de 2023 - 04:02 p. m.
Soñar no cuesta nada...
Edgard(u2qq3)23 de agosto de 2023 - 03:26 p. m.
Se meten la mano al dril pero para meterle más como hizo el grupo aval. Excelente columna Cristina ojalá la escuchen los poderosos.
Gines de Pasamonte(86371)23 de agosto de 2023 - 02:53 p. m.
¡Excelente columna, Cristina! No se necesita ser un mago de la economía para entender los ingentes esfuerzos de nuestro presidente para reactivar el modelo productivo. El grave y sempiterno problema, Cristina, es la corrupción, el caso Ecopetrol no me deja mentir.
Juanchopepe(48079)23 de agosto de 2023 - 04:52 a. m.
Muy ilustrativa su columna Sra., Cristina, pero nos devela algo que ya ha sido comentado en relación con que la Constitución del 91 quedó hecha a la medida del gran capital, sobre todo en lo del sistema financiero monopólico y chupasangre. Bien dicen por ahí que las leyes civiles en Colombia están hechas para que los ricos puedan robar, y las leyes penales están hechas para castigar a los pobres que se atrevan a robar a los ricos.
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