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La educación soñada

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Cristina de la Torre
25 de julio de 2023 - 02:05 a. m.
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Para llegar hasta la idea de educación que hoy se ventila, afincada en la ciencia, en el arte, en el pensamiento crítico, en la formación del carácter, tuvo este país que doblegarse primero a la educación confesional de la Iglesia católica (causa, entre otras, de las guerras civiles y la Violencia) y avanzar a tumbos hacia la educación laica del Estado liberal, hasta desembocar en el proyecto de la ministra Aurora Vergara: elevar la educación de servicio público a derecho fundamental que asiste a todos los colombianos, desde prekínder hasta universidad, y apuntar a un cambio drástico en el currículo y en la calidad de la enseñanza. Gaje del Estado social de derecho.

Cuando muchos temían encontrar en esta reforma la impronta gremialista, tan exigente en gabelas para los maestros como abúlica si de calidad de la educación se trata, el Gobierno da sorpresa colosal: dos proyectos de ley. Uno, principalmente para refinanciar a la universidad pública que desde hace 30 años recibe el mismo presupuesto, para una población universitaria que saltó de 150.000 estudiantes a 650.000. El déficit acumulado a la fecha es de $15 billones. Además, el Gobierno aspira a la gratuidad en la universidad pública y a crear 500.000 nuevos cupos en ella, sea para formación técnica, tecnológica o profesional.

Pero, como en salud, poco se logra ampliando la cobertura sin abordar los graves problemas de calidad en la educación. El otro proyecto, el de la ley estatutaria, regula el derecho fundamental a la educación como eje del sistema, fuente de equidad y propulsor en la búsqueda de otro país. De un nuevo modelo productivo —diría la Misión de Sabios que en 2019 escribió el informe “Colombia, hacia una sociedad del conocimiento”— desde la revolución industrial en ciernes, la producción integrada, la convergencia de tecnologías y disciplinas. En el entendido de que el crecimiento económico solo es sostenible si se acompaña de equidad e inclusión.

Para el debate que se avecina, pocas fuentes de inspiración tan a propósito como el documento de marras. Gloso dos ideas suyas. La reforma parte de sustituir el modelo basado en la enseñanza por otro anclado en el aprendizaje contextualizado que enseñe a pensar, que propicie la crítica, que enfrente retos desde la innovación y la creatividad, que posibilite soluciones. Reivindica una educación cimentada en el conocimiento científico, en los desarrollos de la tecnología, en la investigación guiada por la curiosidad, en la creación. El reto, escriben los sabios, será convertir la ciencia, la educación y la cultura en ejes del desarrollo del país e integrarse a la sociedad global del conocimiento. Sin el concurso de las ciencias y las artes, escriben, ningún país ha logrado desarrollar tecnología ni innovación, ni fortalecer su productividad.

Invitan a redimensionar el rol del maestro para convertirlo en ejemplo vivo de lo que significa ser aprendiz en el siglo XXI: “Un referente de flexibilidad, de apertura, de renovación de actitudes, saberes y prácticas…”, sin sacrificar el rigor de la ciencia. Invitan a una educación que cree vínculos emocionales, pasión por el conocimiento, por la cultura, la ciencia y el arte… que cultive el asombro, el descubrimiento y la invención… E instan, como ahora la ministra Vergara, a propiciar un acuerdo sobre la educación entre Estado, empresarios y organizaciones de la sociedad para cifrar el desarrollo en el capital humano y en la investigación científica.

Tal vez ningún proyecto de reforma augure como este un consenso en sus trazos mayores. Tal vez nadie se atreva a transformar su discusión leal e informada en cantera de propaganda. Tal vez nadie quiera malograr esta oportunidad única de marchar hacia la educación soñada.

Cristinadelatorre.com.co

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Fèlix(w3xh1)25 de julio de 2023 - 11:29 p. m.
Cristina de la Torre: muy bien. Cambios estructurales es lo que, como en todo lo demás, necesita la Política y el Sistema Educativo Colombiano. Nada de maquillajes que tantas veces se venden en campañas políticas para luego quedar en nada. Que padres de familia, estudiantes, profesores, gobierno y sociedad sean AMIGOS responsables. Nada de limosnas del bipartidismo...
Juan(45350)25 de julio de 2023 - 09:30 p. m.
La caverna ultraderechista representada por el contubernio demoníaco se esforzarán para hacer trizas este intento tan necesario para que Colombia salga de una vez por todas del atraso en la que la sumió la godería cavernaria de este país olvidado por Dios!!!!
Camilo(v9l66)25 de julio de 2023 - 09:22 p. m.
La reforma educativa tiene una parte de ajuste de los recursos, que puede ser regulada por ley, y tiene otra parte del ajuste de contenidos que debe ser negociada y liberada por los maestros. Es decir, los contenidos no deberían ser controlados por el estado. Conviene que el estado estimule la educación pública, pero no es conveniente que controle los contenidos. Las reformas están bien, ya veremos de que son capaces los maestros.
Alan(5584)25 de julio de 2023 - 05:13 p. m.
es que todo se oye tan lindo en palabras, en discursos, en carreta que al igual que el electo Usted le sabe usar, pero en una columna pasada del un periodista de opinión decía algo como el que mucho abarca poco aprieta y es de los grandes problemas de esta admón., pero bueno en buen romance lo importante es el como se va hacer, me imagino que tendrá que cambiar el 80 % de la planta de profesores como para empezar , Yo creo que es mejor hacer poquito pero bien hecho
bernardo(19305)25 de julio de 2023 - 04:54 p. m.
Que pena , pero éste carretazo de lo que debe ser la educación pública en Colombia lo he escuchado mil veces , y cada vez las noticias sobre la calidad de la educación son peores. En parte por aquello de la "impronta gremialista" . Esperemos que " el cambio" se dé al menos en la educación.
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