Sí, Colombia es país de paradojas. Único donde porfía el anacronismo de guerrillas “revolucionarias” que desaparecieron por irrelevantes hace décadas en toda la región; pero también florecen aquí procesos de paz como el sellado en 2016 con las FARC, un referente inescapable para experiencias de su orden en el mundo. Por vez primera en 30 años renuncian al secuestro el ELN, el EMC de Mordisco y Nueva Marquetalia, la otra disidencia de las FARC que acaba de abrir conversaciones con el Gobierno. Por vez primera en 40 años de diálogos que naufragan en la testarudez de los elenos, se pacta cese el fuego bilateral de seis meses adicionales con ellos, para completar un año.
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La paz: rosas y espinas
13 de febrero de 2024 - 02:05 a. m.