Paz: volver a barajar

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Cristina de la Torre
14 de noviembre de 2023 - 02:05 a. m.
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ELN y EMC de alias Mordisco, dos fuentes de crisis en las conversaciones de paz, pero también dos efectos divergentes sobre el proceso: en el primero, el secuestro de don Manuel Díaz desnuda anchas grietas en la negociación. En el segundo, el abandono de la mesa por el grupo en armas responde a la ofensiva militar que obstaculiza sus negocios ilegales y a la contrapropuesta de sustituirlos por una economía legal concertada con el Estado.

Esta crisis que disloca las negociaciones con el ELN no se resuelve con pronunciamientos de esa guerrilla sobre el secuestro. Si es que los emite, después de los 9.500 secuestrados que la Comisión de la Verdad le adjudica. El derecho a la paz del país acosado por minorías frenéticas, acá y allá, impone una reconfiguración de la matriz misma del proceso. Respuesta apenas ajustada a la afrenta del jefe eleno Antonio García, que al clamor de parar este crimen espetó: “No se hagan ilusiones”. Ya en junio, a la firma del cese el fuego, se pavoneó Beltrán, su jefe negociador, con la advertencia de que no abandonarían el secuestro. Y la delegación del Gobierno calló, por no llamar secuestro al secuestro. Como ha callado o cedido a sus exigencias, impensables en negociaciones de paz.

Cándida liberalidad del Gobierno que suelta la rienda en secuestro y al parecer también en otras materias de monta. Abrió de entrada el comisionado Danilo Rueda la puerta a concesiones mayores, al declarar que el Gobierno no interpondría líneas rojas en la negociación. Así, la meta de poner fin al conflicto es una pincelada de niebla en la agenda y la de renunciar a las armas no figura; antes bien, ha dicho el ELN que jamás las dejará. Si la idea del cese el fuego era amortiguar la violencia, este debió acompañarse del cese de hostilidades, de las violencias que los armados ejercen contra la población inerme: secuestro, confinamiento por paro armado, desplazamiento, asesinato, violación.

Pero si el ELN tira el chorro tan alto, no parece haberlo mantenido la disidencia de las FARC en el Cañón del Micay. Contra su hegemonía de 13 años en ese territorio ordenó el presidente Petro la Operación Trueno, el ejército recuperó posiciones vitales en la logística del narcotráfico, rey en la zona que representa el 75 % de los cultivos de coca del Cauca. Y allí se quedó. A la voz del general Federico Mejía seguirá la Operación Trueno pues “para el ejército no hay zonas vedadas”. Entonces el EMC se levantó de la mesa y advirtió, eso sí, que no cesaba el cese el fuego. Sin negociación, sin avances en acuerdo de sustitución de economías ilícitas, sin fin de hostilidades contra la población, no hay cese el fuego posible, replicó el primer mandatario y agregó que tal vez hubiera sido prematura la negociación política con esa disidencia. Explicó que el EMC ha resentido la recuperación militar que avanza en ese territorio. Que la estrategia de sustitución de cultivos, en principio acogida por ellos, habría bloqueado sus negocios ilícitos. Que será preciso replantear la negociación con el EMC.

Por primera vez se dibuja en los hechos la política de paz total: acción militar contra economías ilícitas de grupos armados y en defensa de la población civil, de un lado; de otro, la solución socioeconómica. Para el caso del Micay, una ambiciosa estrategia de sustitución de cultivos a dos manos con el Estado.

También con el ELN, será de volver al abecé: en palabras de José Gregorio Hernández, la paz no puede implicar sujeción de la autoridad legítima al chantaje o a las condiciones de la subversión. Es hora de trazar metas claras, líneas rojas y desplegar la política de seguridad. Volver a barajar.

Cristinadelatorre.com.co

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NAVY(47439)15 de noviembre de 2023 - 04:29 p. m.
Muy pertinente la columna de Cristina, quien empieza a mostrarse desilusionada con el proceder de este gobierno en cabeza del comisionado de paz, a quien le falta pantalones.
Jorge(6u4ww)15 de noviembre de 2023 - 04:24 p. m.
El proceso está lleno de improvisación y falta de estrategia por parte del gobierno; no hay rigor en la tarea de verificación al cese y tanto el ELN como las disidencias están aprovechando para fortalecerse, lo cual, no parece preocuparle al presidente.
daniel(84992)15 de noviembre de 2023 - 02:53 a. m.
Ni modo. Si los elenos y demás yerbas del pantano se comportan como traquetos, pues tocó darles chumbimba venteada.
alfonso(9763)15 de noviembre de 2023 - 01:11 a. m.
Total acuerdo con el contenido de la columna; y ojo! Que el señor presidente Gustavo Petro tenga buena fé y sea un convencido de la necesidad de una paz, no significa que haya renunciado al uso de la fuerza que le confiere la Constitución para combatir a los que insisten en el ejercicio de la violencia contra el pueblo colombiano.
William(41808)15 de noviembre de 2023 - 01:06 a. m.
Las bandolas y las guerrillas se desaparecerán cuando el servicio militar sea obligatorio para todo ciudadano colombiano , como sucede en todo país que este en guerra.
  • jairo(20827)15 de noviembre de 2023 - 02:04 a. m.
    Y si fuese el caso ¿prestarían el servicio militar obligatorio los hijos y nietos de los presidentes, congresistas, ministros y de los "caos"?
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