Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.

Caminar con dolor


Cristina Nicholls Ocampo

15 de agosto de 2024 - 12:05 a. m.

Mi cuerpo, el territorio primero que habito, ha sido bendecido con el milagro de la buena salud. Un total de cero huesos rotos, ninguna dolencia crónica y casi ningún resfriado al año. Al presenciar el dolor de otros y reconocer la ausencia del mío me he sentido arropada por una fuerza divina que le impide a mi corporalidad fracturarse, romperse o desvanecerse. Reconozco que a veces abuso de ese manto de impunidad. Fumo y trabajo de más, duermo poco y ejerzo esa soberanía con la confianza que sólo da sentirse sostenido por algo superior. En el último mes y medio me he enfrentado a un total de cuatro esguinces de tobillo, dos en cada lateralidad. El viaje hacia esa nueva dimensión de mi propia fragilidad ha sido intenso y hermoso.

PUBLICIDAD

Inicialmente sentí como si algo universal se hubiera roto. Lo que me sostenía me había abandonado; en consecuencia, no podía continuar de pie. Completamente desnuda, sin escudo, me enfrentaba ante los dolores de este mundo. Cada una de las caídas que tuve representaba la confirmación de esa vulnerabilidad infinita. Luego de rogar que me regresaran al seno de los protegidos, llegó la consciencia: fijar la atención, la curiosidad y la mirada. Tengo tobillos y tengo pies, me han trasteado por décadas, han abierto los caminos que me han traído hasta acá. Coyunturas, pequeños ligamentos, vasos sanguíneos. La maestría divina de un órgano que rota de manera perfecta. El asombro. Cada paso es un milagro, y sólo hasta ahora podía poner un pie delante del otro con pleno discernimiento de lo que eso significa. Al final, sanar. Reconocer la potencia de millones de células que trabajan para repararse, levantarse y vivir. Eso soy, esa potencia vital somos.

No hay que hacerle odas a la sacralización del dolor ni a la purificación mediante la agonía, pero sí a las fuerzas gravitacionales que nos empujan hacia adelante, aunque eso implique caer al suelo. Lo que está arriba y lo que está abajo no me han abandonado, yo estoy en la mitad hecha de la misma materia. Todos lo estamos.

Read more!
Conoce más

Temas recomendados:

Ver todas las noticias
Read more!
Read more!
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.