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¿Coalición sin Petro?

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Cristo García Tapia
06 de agosto de 2020 - 05:00 a. m.
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La cacareada y mediatizada en exceso propuesta de una “coalición de centroizquierda” lanzada por H. de la Calle no pasa de ser la partida de exclusión de Petro como el candidato más idóneo para conjuntar el ideario que este tipo de expresión tiene en el pensamiento y la acción política como instrumento de poder y gobierno.

Ni siquiera hay que leerlo entre líneas para concluir que cuanto se busca con dicho convite no es otro resultado distinto del de decretarle el no aplica.

Y no aplica porque, según las sordas cajitas de resonancia de la “izquierda democrática”, Petro es en extremo radical y una de las condiciones del promotor de la coalición para el 2022 es que esta “aleje los riesgos para la nación de los extremismos”, una entre las múltiples estrategias que se han inventado para marginar a Petro de ser un actor de primera línea y con posibilidades de triunfo en la balota electoral de 2022.

Y como para que no quede la menor posibilidad de lectura cargada de que en esa dirección va la trama de la coalición de centroizquierda para las elecciones de 2020, ha sido Fajardo el primero que ha salido a ratificarlo, tan tibio él cuando de asumir posiciones en otras situaciones y circunstancias se trata, al disparar un cañonazo con perdigones del más alto calibre: “Nunca me uniría a Petro”.

Ninguna coalición de la naturaleza de la planteada será lo suficientemente sólida sin Petro como candidato. Ni el centro ni las ínsulas de la incorpórea izquierda que lo acolitan tienen esa solidez y fuerzas que provoca Petro como el candidato de consenso surgido de un pacto programático capaz de derrotar al candidato del gobierno al cual, como ocurrió la vez anterior, de seguro terminarán apoyando directa o indirectamente, voto en blanco, abstención, algunos de los promotores de la coalición de centroizquierda en remojo.

En la cual el eslabón más débil es la fementida izquierda, cuyo quehacer no se ha hecho notar en el papel que le corresponde como alternativa: el de hacer oposición creativa y efectiva al Gobierno y partidos en el poder con propuestas programáticas de corte político y social sobre temas vitales para el país y capaces de generar alternativas concretas de poder y de gobierno.

Pero no. Ese no es el papel de nuestra fementida izquierda ni nunca ha estado en sus planes y propuestas, pues en vez de incomodar al Gobierno y a los partidos en el poder como ocurre en las democracias modernas y participativas, y en Colombia cuando el CD fue oposición, cuanto buscan y han buscado siempre sus sempiternos usufructuarios es “acomodarse”, pasar de agache y, por ahí, legitimar, como oposición, gobiernos y poderes excluyentes.

Así las cosas, me cuento entre los liberales a los que no le suena la trama con nombre de coalición propuesta por H. de la Calle para excluir a Petro, el único entre la baraja de aspirantes a candidato que tiene un programa de corte reformista, que no radical ni extremista ni socialista, para el momento histórico que vive Colombia.

Por lo demás, habría que preguntarle al expresidente Samper si H. de la Calle es lo suficientemente fiable para creer en su propuesta de coalición de centroizquierda. O si, más bien, en no poniéndose de acuerdo entre los del abanico centroizquierdista surja providencial el convocante De la Calle exclamando contrito: Si no soy yo, ¿quién?

* Poeta.

@CristoGarcíaTap

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