Corriendo risueño y manso por su fértil, amado valle, habita un río perpetuo: el Sinú.
Y en su alma, por estas calendas lluviosas de octubre, otro: Un río de libros.
En su conjunto, cuanto se percibe de Montería, capital del departamento de Córdoba, es un crecimiento sostenible en las diferentes variables a las cuales hace referencia este indicador del desarrollo humano, social y económico, de servicios públicos y equipamiento urbano.
Una ventaja comparativa y competitiva, avalada por una sucesiva y continua gestión administrativa y de gobernanza comprometida con las dinámicas de crecimiento, solidaridad e inclusión, de una ciudad en vías de alcanzar el objetivo superior de ciudad sostenible.
Y decir tal de un asentamiento con las características de Montería es incluir en ello las diversas variables que, además de definirlo, son susceptibles de medir el grado de compenetración y participación de sus ciudadanos en los procesos de consolidación de una urbe en la cual tienen su hábitat permanente y desarrollan todas las actividades inherentes a sus raíces, e interactúan como colectivo en la gestación de su crecimiento y desarrollo humano, social, económico y cultural.
Vale decir, de un habitante que construye y promueve ciudadanía, identidad, inclusión social, calidad de vida, en su condición de sujeto activo de la política y como actor principal e irrevocable de cuanto proceso de transformación y mejoramiento de su entorno se emprenda.
De un hacer cívico, que es como el ciudadano asume la responsabilidad política que le incumbe en la construcción de su destino.
De no haber mediado esa alianza - ciudadanía y gobiernos locales - es poco probable que cuanto hoy son logros de Montería, se hubiesen alcanzado a materializar y a generar los polos de crecimiento económico y desarrollo cultural que hoy la ponen en la perspectiva de alcanzar el sitial de ciudad sostenible.
Baste recorrer el territorio que un día el colonizador dio en llamar San Jerónimo de Buenavista, para comprobar como crece y se proyecta de manera ordenada: amplias avenidas, puentes, plazas, vías troncales, ciclo vías, populosos barrios, emprendimientos empresariales en diversos sectores de la economía, megacolegios y universidades.
Zonas verdes en mitad la urbe circundadas por el río Sinú fluyendo manso, parques lineales, en Montería está el más grande de América, servicios públicos de acueducto, alcantarillado y aseo en permanente expansión y cobertura, transporte y movilidad sostenibles, entre otros, son el testimonio material de esa dinámica, crecimiento y desarrollo de la promisoria capital de Córdoba.
Proyectos culturales de equipamiento urbano de vasto alcance y cobertura, cuya característica preponderante es la reafirmación de una identidad que se expresa en y desde su esencia, en las múltiples y ricas manifestaciones y haceres culturales que la configuran, reproducen y consolidan: artísticas, artesanales, culinarias, música y danzas, literatura y humanidades, Un río de libros, cuyo núcleo es el Centro Cultural Guillermo Valencia Salgado, “Compae Goyo”, del mismo modo que lo es el MUZAC, de las artes plásticas.
De esa unión de voluntades, esfuerzos y compromisos por el progreso, desarrollo, inclusión y transformación de una ciudad que es de todos, se construye entre todos, depende el futuro de Montería.
Sea quien fuere su alcalde, el destino de grandeza de Montería está signado por el esfuerzo colectivo y una gobernanza incluyente, cuyo norte sea siempre la ejecución de políticas públicas determinadas por la sostenibilidad y en la dirección del mejoramiento permanente de la calidad de vida de sus habitantes, el acceso incluyente a los recursos y servicios básicos, medioambiente, espacio, equipamiento y patrimonio cultural urbano.
¡Adelante!
@CristoGarciaTap
* Poeta.
Corriendo risueño y manso por su fértil, amado valle, habita un río perpetuo: el Sinú.
Y en su alma, por estas calendas lluviosas de octubre, otro: Un río de libros.
En su conjunto, cuanto se percibe de Montería, capital del departamento de Córdoba, es un crecimiento sostenible en las diferentes variables a las cuales hace referencia este indicador del desarrollo humano, social y económico, de servicios públicos y equipamiento urbano.
Una ventaja comparativa y competitiva, avalada por una sucesiva y continua gestión administrativa y de gobernanza comprometida con las dinámicas de crecimiento, solidaridad e inclusión, de una ciudad en vías de alcanzar el objetivo superior de ciudad sostenible.
Y decir tal de un asentamiento con las características de Montería es incluir en ello las diversas variables que, además de definirlo, son susceptibles de medir el grado de compenetración y participación de sus ciudadanos en los procesos de consolidación de una urbe en la cual tienen su hábitat permanente y desarrollan todas las actividades inherentes a sus raíces, e interactúan como colectivo en la gestación de su crecimiento y desarrollo humano, social, económico y cultural.
Vale decir, de un habitante que construye y promueve ciudadanía, identidad, inclusión social, calidad de vida, en su condición de sujeto activo de la política y como actor principal e irrevocable de cuanto proceso de transformación y mejoramiento de su entorno se emprenda.
De un hacer cívico, que es como el ciudadano asume la responsabilidad política que le incumbe en la construcción de su destino.
De no haber mediado esa alianza - ciudadanía y gobiernos locales - es poco probable que cuanto hoy son logros de Montería, se hubiesen alcanzado a materializar y a generar los polos de crecimiento económico y desarrollo cultural que hoy la ponen en la perspectiva de alcanzar el sitial de ciudad sostenible.
Baste recorrer el territorio que un día el colonizador dio en llamar San Jerónimo de Buenavista, para comprobar como crece y se proyecta de manera ordenada: amplias avenidas, puentes, plazas, vías troncales, ciclo vías, populosos barrios, emprendimientos empresariales en diversos sectores de la economía, megacolegios y universidades.
Zonas verdes en mitad la urbe circundadas por el río Sinú fluyendo manso, parques lineales, en Montería está el más grande de América, servicios públicos de acueducto, alcantarillado y aseo en permanente expansión y cobertura, transporte y movilidad sostenibles, entre otros, son el testimonio material de esa dinámica, crecimiento y desarrollo de la promisoria capital de Córdoba.
Proyectos culturales de equipamiento urbano de vasto alcance y cobertura, cuya característica preponderante es la reafirmación de una identidad que se expresa en y desde su esencia, en las múltiples y ricas manifestaciones y haceres culturales que la configuran, reproducen y consolidan: artísticas, artesanales, culinarias, música y danzas, literatura y humanidades, Un río de libros, cuyo núcleo es el Centro Cultural Guillermo Valencia Salgado, “Compae Goyo”, del mismo modo que lo es el MUZAC, de las artes plásticas.
De esa unión de voluntades, esfuerzos y compromisos por el progreso, desarrollo, inclusión y transformación de una ciudad que es de todos, se construye entre todos, depende el futuro de Montería.
Sea quien fuere su alcalde, el destino de grandeza de Montería está signado por el esfuerzo colectivo y una gobernanza incluyente, cuyo norte sea siempre la ejecución de políticas públicas determinadas por la sostenibilidad y en la dirección del mejoramiento permanente de la calidad de vida de sus habitantes, el acceso incluyente a los recursos y servicios básicos, medioambiente, espacio, equipamiento y patrimonio cultural urbano.
¡Adelante!
@CristoGarciaTap
* Poeta.