Sincelejo descreída

Sigue a El Espectador en Discover: los temas que te gustan, directo y al instante.
Cristo García Tapia
17 de octubre de 2019 - 05:00 a. m.
Resume e infórmame rápido

Escucha este artículo

Audio generado con IA de Google

0:00

/

0:00

descreído, a

adj./ s. Que ha perdido la fe. Incrédulo.

Gran Diccionario de la Lengua Española 2016 Larousse Editorial, S.L. Descreído, -da; adj.-s. Incrédulo, falto de fe; sin creencia, porque ha dejado de tenerla.

De tanto engañarnos, de abusar propios y extraños de nuestra nobleza y humildad; de sobrellevar sin chistar por años, unos más largos que otros, el peso humillante de todas las servidumbres, de todas las ofensas, acabamos los sincelejanos por descreer de todo, aunque no del todo como correspondería.

Porque, y mayormente por estas calendas, no del todo hemos decidido volvernos descreídos de cuanto promesero o postulante, mesías, transformador y componedor regenta, o aspira a elección, cargo y nombramiento, de los tantos que figuran en la ruleta de la función pública en lo local, regional y nacional.

Aunque persistimos en repetir una y otra vez para ver si acertamos y damos en el blanco de las conveniencias e intereses colectivos, la respuesta siempre h ha sido la misma para Sincelejo: nada, lo mismo y viceversa.

Y así, entre uno y otro periodo de este medio siglo transcurrido, Sincelejo avanza en su transformación: sus acuíferos se agotaron, dejó de ser la “capital cebuista de Colombia”, de tener un servicio eficiente de agua y de energía, los corregimientos que conforman su territorio de tener acueductos, alcantarillado, escuelas y vías en buen estado; la marginalidad urbana a expandirse a expensas de la total inexistencia de políticas públicas efectivas de empleo, salud, educación, vivienda, recreación y deportes; el deterioro progresivo del equipamiento urbano, vivienda, parques, calles, hospital, apenas si sobrevive al quebranto físico y estético; a la rapiña que se ha apoderado sin escrúpulos de Sincelejo, de sus presupuestos, de las oportunidades y derechos de sus habitantes.

Todo cuanto pasa y nos pasa, es como si no pasara porque no nos percatamos de ello.

Del derrumbe material, humano, cívico y moral, al cual hemos llegado por nuestros propios pies y voluntad sometida, por nuestra indiferencia para con nosotros mismos; por nuestro amancebamiento con la inmovilidad de pensamiento, obra, condición social, étnica, económica, intelectual, que se apoderó de todos y reproducimos de manera progresiva.

Cada vez somos los sincelejanos menos nosotros como colectivo humano generador de bienestar, de solidaridad, de calidad de vida, de progreso; cada vez somos menos inclusión, crecimiento y desarrollo, que nos haga sentir promotores y restauradores de nuestra ciudad, tanto en lo humano como en lo material, urbanístico y social; en infraestructura, servicios públicos, cultura y recreación, medioambiente y sostenibilidad.

De un Sincelejo que nos haga sentir un todo, de y para todos; que nos convoque a restaurarlo en su identidad de ciudad inclusiva en su componente humano, social, económico, étnico; una ciudad proveedora de bienes y servicios públicos de calidad, de trabajo y empleo decorosos para sus habitantes, que se conecte de manera efectiva con sus corregimientos y zona rural.

Una ciudad que percibamos, sintamos y vivamos restaurada por los sincelejanos; que se desarrolle, crezca y progrese para todos; que nos devuelva el sentido de pertenencia, la identidad y el fervor ancestral por Sincelejo.

* Poeta.

@CristoGarciaTap

Conoce más

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscríbete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.