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Diana mantiene la calidad culinaria de su restaurante y sus precios considerados, dos condiciones que representan su éxito.
No es un restaurante con pretensiones de grandes elegancias. Tiene servicio desde el desayuno hasta las 6 p.m. Como punto negativo la pésima acústica del sitio, que hace que el ambiente sea muy ofuscante. Ofrece una carta que exige dedicación culinaria salpicada con platos de la cocina costeña. Diana tiene el don de la sazón de su tierra, que trasciende a los meros “platos costeños”. Su excelente “posta negra monteriana”, hecha con la verdadera técnica de braseado y sazón, es una muestra importante de esta cocina. La carta ofrece “sopas y entradas” con precios de $5.400 hasta de $14.200, como carimañolas, quibbes árabes, calamares y más. Platos fuertes con precios de $14.000 hasta $25.000, como colitas de mero, frutos del mar a la plancha, milanesa de pollo, pasta con salmón ahumado, posta negra, entre otros. Cada uno con los acompañamientos de la costa: arroz con coco, patacones y ricas ensaladitas bien preparadas. “Lo nuevo de Diana”: son seis platos recientes en la carta, con precios de $34.000. Aquí encontramos filetes de salmón con frutos del bosque, entrecote con setas, langostinos crocantes, y otras delicias. También hay wraps y sánduches.
Comenzamos con calamares a la plancha con mayonesa satai (salsa thai con maní, leche de coco, salsa de soya y otras especias orientales). Los calamares, cocidos a su punto, los realzaba la salsa. La masa de yuca y la fritura de las carimañolas de queso y carne que ordenamos después, estaban óptimas, nada de masas llenas de aceite, no es posible hacerlas mejor. Como plato fuerte pedimos “julianas de mero”. Venía con salsa de crema de leche, pimienta, limón y champiñones. El mero estaba fresco y con buena textura, la salsa suave y agradable, estilo fricasé francés. La ensalada que acompañaba el mero, de tomate, lechuga y pedazos de aguacate, apio y zanahoria, estaba aderezada con una vinagreta inigualable. “Medalloncitos de lomo de res en salsa de pimienta y queso cheddar” acompañados con vegetales salteados y papas crocantes, aunque alcanzaba a pasar, no era un plato sobresaliente. De una carta de doce postres escogimos el “marshmelo de ciruelas pasas”, un postre raro en estas latitudes y de bajo perfil.
Se come bien en Diana García. Ofrece buena oportunidad de probar la buena cocina costeña y algo más.
Carrera 7ª Nº 70-94. Tel. 235 6805.secomebienaqui@gmail.com
