Lleva varios años funcionando en Bogotá. Es un recinto largo y angosto con una fila de mesas y una barra. Hay puestos para unas 30 personas.
Donostia es el nombre de San Sebastián en euskera (el idioma vasco), uno de los bastiones de la gastronomía española donde se encuentran las tabernas con las “tapas” más ricas y más variadas del mundo. Pero el restaurante bogotano no es, ni creo que pretenda ser, un restaurante español, aunque sí soporta una buena influencia española. Tiene una faceta de “tapas” y otra de restaurante.
La lista de tapas aparece encima del bar en un tablero para borrar y cambiar siguiendo el concepto de la “comida mercado”, o sea, una carta que se adapta a la oferta del mercado. Hay chorizos colombianos, jamón serrano, queso manchego, garbanzos, aceitunas, pimientos, tortillas, albóndigas y otras más. Los precios son muy altos, están entre $10.000 y $20.000 por platillo. Pedimos “boquerones de perlas”, que son los pescaditos congelados que se consiguen en los supermercados bogotanos, preparados al estilo de los boquerones españoles o sea marinados en vinagre blanco. Los mejoramos con aceite de oliva. Estaban ricos y la porción muy grande. Probamos los espárragos fritos envueltos en lonchas de jamón serrano. Es un platillo aconsejable, delicioso. Los espárragos estaban en su punto. Para mi gusto, si queremos ajustarnos un poco a la tradición española de “tapear”, los platillos, o tapas, deberían ser porciones más pequeñas y con un menor precio. La idea es degustar una variedad más amplia acompañando con un buen vino, que aquí, también está subido de precio.
Como restaurante ofrece una carta limitada con platos que no son españoles. Ofrecen cinco entradas frías con precios de $19.000, cinco entradas calientes (dos sopas, pulpo y ravioli) con precios de $12.000 a $21.000, cuatro pescados con precios de $34.000, tres carnes y seis postres de $10.000.
Probamos los “ravioli de suero con salsa cremosa de tomate y chorizos antioqueños”. La pasta estaba suave, delicada y con buena textura, estaba rellena de suero costeño.
Lomo a la parrilla con setas y cremoso de maíz blanco. El lomo estaba excelente, asado a su punto. El cremoso de maíz blanco que lo acompañaba no entusiasmaba mucho. Filete de corvina a la parrilla aceptable pero le faltaba frescura, que es el mejor atributo de un plato de pescado. La acompañaba “arroz rojo” con azafrán y pimentón y tajadas de berenjena y calabacín asadas que le iban muy bien. De postre crema catalana buena, pero no sobresaliente. En fin todo sin mucha pena ni mucha gloria.
Calle 29 Bis Nº 5-84 Tel.: 287 39 43.