La cocina peruana se ha formado con la mezcla de tres culturas que se han entrelazado durante más de un siglo: española, asiática —principalmente japonesa (nikkei)— y la inca.
En Perú, la gente come bien y cocina bien. A Colombia han llegado cinco restaurantes peruanos propiedad de cocineros creativos que se han destacado en Perú y en América Latina. También hay por lo menos dos restaurantes que han traído la cocina básica peruana con los platos que encontramos en los restaurantes típicos de Lima. Karal es el típico restaurante peruano con sus cebiches, tiraditos, arroces, pastas, parihuelas, salteado de lomo y chupe.
La carta nos ofrece seis cebiches y cinco tiraditos con precios de alrededor de $17.000. Siete pescados y mariscos con precios de alrededor de $30.000 y donde no falta la deliciosa corvina a la chorrillana. En carnes, contamos sólo con el “lomo salteado”, aves y las “chaufas” con seis platos de arroz al estilo cantonés, abundantes en las “chifas” a $27.000. Dos pastas y tres postres, uno de los cuales es el rico “suspiro de limeña”.
Ordenamos una degustación de entradas: causa limeña, que es un puré de papa amarilla con gotas de limón que envuelve pollo, mayonesa y aguacate; cebiche de camarón a la piedra, preparados en cebiche y ligeramente apanados; tiradito preparado con finas lonjas de tilapia fresca con salsa de ají amarillo y papa con salsa a la huancaína, o sea de ají amarillo con queso blanco. La degustación estaba acompañada con salsas de rocoto y ají amarillo. La causa muy buena, no es un plato de difícil preparación, pero estaba óptima. El cebiche de camarón estaba bien, mas no extraordinario. El tiradito, excelente. La tilapia fresca que se está consiguiendo en Colombia sustituye con creces los pescados de mar mal conservados, la salsa era manjar de los dioses. La papa a la huancaína: sin pena ni gloria. Como plato fuerte nos dieron el “lomo salteado”. Este plato fue decepcionante, aparentemente hecho por alguien que no tiene ni idea de la técnica en fuego bien alto característica de su preparación. El otro plato fuerte fue el arroz “chaufa de marisco”, muy peruano con antepasados asiáticos, de su calidad gastronómica sólo podemos decir que estaba aceptable. De postre “suspiro de limeña”, aceptable.
Menos de lo que esperaba, con algunas muy buenas sorpresas.
Calle 93 Nº 11A-11. Tel. 635 2880
La cocina peruana se ha formado con la mezcla de tres culturas que se han entrelazado durante más de un siglo: española, asiática —principalmente japonesa (nikkei)— y la inca.
En Perú, la gente come bien y cocina bien. A Colombia han llegado cinco restaurantes peruanos propiedad de cocineros creativos que se han destacado en Perú y en América Latina. También hay por lo menos dos restaurantes que han traído la cocina básica peruana con los platos que encontramos en los restaurantes típicos de Lima. Karal es el típico restaurante peruano con sus cebiches, tiraditos, arroces, pastas, parihuelas, salteado de lomo y chupe.
La carta nos ofrece seis cebiches y cinco tiraditos con precios de alrededor de $17.000. Siete pescados y mariscos con precios de alrededor de $30.000 y donde no falta la deliciosa corvina a la chorrillana. En carnes, contamos sólo con el “lomo salteado”, aves y las “chaufas” con seis platos de arroz al estilo cantonés, abundantes en las “chifas” a $27.000. Dos pastas y tres postres, uno de los cuales es el rico “suspiro de limeña”.
Ordenamos una degustación de entradas: causa limeña, que es un puré de papa amarilla con gotas de limón que envuelve pollo, mayonesa y aguacate; cebiche de camarón a la piedra, preparados en cebiche y ligeramente apanados; tiradito preparado con finas lonjas de tilapia fresca con salsa de ají amarillo y papa con salsa a la huancaína, o sea de ají amarillo con queso blanco. La degustación estaba acompañada con salsas de rocoto y ají amarillo. La causa muy buena, no es un plato de difícil preparación, pero estaba óptima. El cebiche de camarón estaba bien, mas no extraordinario. El tiradito, excelente. La tilapia fresca que se está consiguiendo en Colombia sustituye con creces los pescados de mar mal conservados, la salsa era manjar de los dioses. La papa a la huancaína: sin pena ni gloria. Como plato fuerte nos dieron el “lomo salteado”. Este plato fue decepcionante, aparentemente hecho por alguien que no tiene ni idea de la técnica en fuego bien alto característica de su preparación. El otro plato fuerte fue el arroz “chaufa de marisco”, muy peruano con antepasados asiáticos, de su calidad gastronómica sólo podemos decir que estaba aceptable. De postre “suspiro de limeña”, aceptable.
Menos de lo que esperaba, con algunas muy buenas sorpresas.
Calle 93 Nº 11A-11. Tel. 635 2880