Publicidad

Pietra

Sigue a El Espectador en Discover: los temas que te gustan, directo y al instante.
D. Buenavida
13 de febrero de 2010 - 07:10 a. m.
Resume e infórmame rápido

Escucha este artículo

Audio generado con IA de Google

0:00

/

0:00

Es un restaurante nuevo en Usaquén que abrió sus puertas hace tres meses. Sigue el patrón de génesis de los restaurantes bogotanos: un grupo de amigos, cinco socios, que juntan algo de dinero y creen que un restaurante es un buen negocio. El público que esperan satisfacer: viejos y jóvenes yuppies procedentes de una cultura donde la gastronomía y la culinaria prácticamente no existen. Hay que recurrir al descreste.

En otras culturas el restaurante nace de la mente y el conocimiento profundo de un chef de cocina, que además de chef es un buen cocinero y conoce la gastronomía de su región.

En Pietra la decoración es un bonito acierto. Un solo recinto con un ambiente relajado y placentero. La carta no se distingue por su originalidad, no hay platos que pueda pensarse que la distinguen. La tendencia es italiana, pero como veremos más tarde, la formación del chef no tiene que ver con Italia.

La carta cuenta con siete entradas frías desde $17.000. Encontramos carpaccios, chorizos españoles y un “antipasto español”. Entradas calientes desde $9.800 hasta $19.200. Hay albóndigas de res, anillos de calamares y otros. Hay las pastas tradicionales en el medio y risottos, a precios alrededor de $26.000. Como algo raro encontramos un risotto con lomo salteado al vino tinto, no parece muy italiano, pero es una concesión a la originalidad del chef. Tres pescados y unos langostinos. Seis carnes, entre las cuales hay cuatro lomos de res. En este grupo hay pechuga de pollo con mozzarella. Los precios alrededor de $32.000. Hay cuatro postres de $9.800, que son los mismos de moda en el 80% de los restaurantes de aquí.

Pedimos de entrada el “antipastos español”. Encontramos un jamón serrano sin grandes títulos y muy poquito, champiñones escabechados, que estaban buenos, chorizo español, que si no es el mejor de España, sí es de los buenos que llegan aquí, trocitos de queso manchego muy secos y no muy apetecibles, pimentones sabrosos, tortilla española muy buena, aceitunas negras y verdes, y focaccia con un “pesto de tomate seco” . Seguimos con “Lomos de res marsala”. Es un medallón de lomo de res acompañado de “fetuccini Alfredo”. Bien preparado, al punto pedido (menos de medio) y la salsa, la tradicional de Marsala, estaba buena sin que nos condujera al éxtasis. Los fetuccini que lo acompañaba estaban regulares tirando a malos. Pedimos el risotto vegetariano que resultó infame. Contenía  gran cantidad de crema de leche, algo inaceptable, cuando se cuenta con un buen arbóreo. La consistencia cremosa se da sola. Sin embargo, encima llevaba unas láminas de remolachas fritas deliciosas.

El chef necesita un curso elemental de risottos, lo cual me llevó a dudar sobre su formación. Como postre los frutos del bosque, que era un dulce de moras, fresas pequeñas, agrás y helado de vainilla, muy mal logrado.

Le falta chispa y personalidad a la carta. El montaje debe ser costoso y las intenciones buenas. Tienen que hacer un esfuerzo grande en el tema culinario, que es la razón de ser de un restaurante.

Calle 118 N° 5-63 Tel.: 612 5686.secomebienaqui@gmail.com

Conoce más

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscríbete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.