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Descentralizar el PAE a nivel de institución educativa y cambiar el rol de los operadores, creando un verdadero mercado.
Un amable e incisivo lector me señaló que el presidente Petro en una misma semana hizo dos propuestas que he defendido en esta columna, y que, dado que “usted no baja de populista a Petro”, le parece llamativa la coincidencia. Por supuesto, quería divertirse más que escuchar una posible explicación.
Una de esas dos propuestas es dar el manejo de la Alimentación Escolar a las asociaciones de padres de familia y generalizar la comida caliente, que ya se sirve a una parte de la población estudiantil. Difícil saber quién planteó primero este cambio, que en general ha recibido apoyo desde distintas posiciones ideológicas en los últimos años.
¿Por qué no hizo este cambio el gobierno Duque y al parecer lo hará el gobierno Petro? En el resumen ejecutivo de la Comisión de Empalme en Educación de 2018, que coordiné, uno de los tres “game changers” que se le recomendaron al presidente fue “Nuevo modelo PAE, Saludable” (los otros eran “Corresponsabilidad en SGP, Sistema General de Participaciones” y “Reforma estructural por Facultades Extraordinarias”). Aquí está el documento (de 34 diapositivas) para una visión completa.
Tratándose del presidente de la República, no era necesario que tuviera un programa de reformas en educación, sino simplemente la voluntad de crear o disputar bases sociales para un proyecto político, un deber evidente de los presidentes, que Petro entiende perfectamente bien. Veremos si el ministro Gaviria logra morigerar el ímpetu político del presidente con unas previsiones técnicas en el diseño institucional.
Para los que acusan al ministro Gaviria de “neoliberal”, esta es una oportunidad para que muestre, otra vez, cómo los mercados pueden ayudar en una política social. En una de “muchas” columnas al respecto, anoté: “en el actual modelo, les entregan a los operadores colegios y niños cautivos, que deben soportar raciones incompletas y poco saludables con demasiada frecuencia, lo que queda después de las comisiones que se reparten y de la falta de ética. En el PAE propuesto, es el colegio el que elige al operador y le renueva el contrato”. De un mercado capturado o simulado se pasaría a un mercado abierto.
¿Pero por qué se hablaría de operadores en un nuevo modelo del PAE, si son los malos del paseo? El PAE se descentralizaría a nivel de institución educativa, no de asociación de padres de familia, que han venido desapareciendo como persona jurídica, en parte por los efectos indeseados de la gratuidad total.
En lugar de girar miles de millones de pesos a los operadores (agradecidos con el dador del contrato jugoso), se giraría lo correspondiente a cada institución educativa y respondería el rector por ese manejo. Las instituciones educativas no están listas para manejar esa operación, pues el rector no tiene equipo y la asociación de padres de familia no es una organización operativa día a día, sino una instancia para tomar decisiones y hacer veeduría.
Allí entra el operador, de una naturaleza distinta a la de los piratas conocidos, para la contratación del personal (madres de la misma comunidad educativa, postuladas por el comité escolar de alimentación escolar), para el cumplimiento de normas, para las economías de escala en compras. El colegio escogería al proveedor u operador habilitado por Colombia Compra Eficiente. A ver qué rector y comité de padres de familia mantienen durante seis meses a un proveedor de carne dura y sospechosa.
Ciertamente, funciona más y a tiempo el control social por la comida de los hijos que el control fiscal de la Contraloría, pero el diseño institucional necesario para este cambio no es tan sencillo como puede parecer en palabras del presidente.
