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Cogobierno de sindicatos de la educación

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Daniel Mera Villamizar
07 de julio de 2025 - 05:04 a. m.
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Cuatro cosas que el próximo gobierno no debería repetir en la negociación colectiva.

Se conoció el acta final del acuerdo colectivo de la Mesa Sectorial de Educación 2025 firmado entre el Ministerio y nueve sindicatos (Fecode, Aspu, Sintraunicol, Sintrenal, Usdidea, Sindodic, Fendidoc, Fedetco y Utradec). En cuatro puntos quisiera mostrar que el próximo gobierno debería negociar de modo distinto el pliego de 2027.

Primero: no negociar la política educativa. Según el Decreto Único Reglamentario del Sector Trabajo, las materias de negociación son “las condiciones del empleo”. Expresamente dice que no son objeto de negociación “las competencias de dirección, administración y fiscalización del Estado”. Sin embargo, los sucesivos gobiernos atan aspectos cruciales de la política pública educativa en los acuerdos colectivos, como veremos en seguida. El acuerdo 12 involucra la reforma al sistema de educación superior, por ejemplo.

Segundo: no comprometerse a la estatización total de la educación pública. El acuerdo del punto cuatro dice que “el derecho a la educación debe ser garantizado en las instituciones educativas oficiales, es decir, con docentes y directivos docentes oficiales, personal administrativo y en infraestructura oficial”. Y van más allá: acuerdan tener un plan para “garantizar al Estado la administración directa de la educación pública (…) donde exista insuficiencia” y hoy sea necesario contratar con terceros. Es sencillo: esa no debe ser materia de negociación. Y el Estado no debería renunciar a otros modelos de gestión de la educación pública, como los colegios en administración privada (sin fines de lucro), que con una pequeña participación pueden tener efectos sistémicos positivos.

Tercero: no mantener desligado el mérito para ascenso y reubicación salarial del logro de aprendizaje estudiantil. El acuerdo del punto 8 versa sobre las “gestiones necesarias para obtener los recursos presupuestales”, sin osar meterse con la evaluación docente, perpetuando lo que tenemos. Vale aclarar: el aprendizaje estudiantil se mediría en el nivel de la institución educativa, no de los estudiantes de un profesor en particular. Y a diferencia del ensayo del ISCE (Índice Sintético de Calidad Educativa), habría que darle más peso a factores distintos de las pruebas Saber y a capturar la línea base de conocimiento y competencias de los estudiantes para valorar el aporte de la institución. Como dejamos de hacer las pruebas Saber de grados inferiores, les parecerá raro este enfoque al Ministerio y a los sindicatos firmantes.

Cuarto: no eludir o encubrir problemas críticos de las universidades estatales. El acuerdo 10 del capítulo 2 le sigue dando largas a la corrección de la vena rota del Decreto 1279 de 2002 (régimen salarial y prestacional), que paga con puntos salariales de por vida las publicaciones de los docentes, en lugar de reconocer una única bonificación, como en las universidades privadas. Y el acuerdo 4 pide que se garantice el derecho a la protesta pública y pacífica, como si ese fuera el problema y no la protesta coercitiva y violenta, que afecta el estudio y el trabajo.

Ciertamente, este gobierno estaba “consensuando”, no negociando con los sindicatos, pero gobiernos anteriores hicieron lo mismo. Entre otras razones, porque el Ministerio es débil técnicamente, está atrapado en un marco de pensamiento y no tiene inteligencia estratégica (para defender el interés general).

@DanielMeraV

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Oscar Chiquillo Pineda(23792)07 de julio de 2025 - 09:15 p. m.
los factores internos y externos no corresponde a a la negociación, es el entramado de una lectura contextual de país y su diversidad que olvida cual es la misión de educar y apuesta por el sofisma de la calidad....
Mario Giraldo(196)07 de julio de 2025 - 07:00 p. m.
En las dos primeras, Daniel insiste en sus ideas privatizadoras. El neoliberalismo que fracaso en la salud, electricidad, carreteras y tiene la plata de las pensiones enriqueciendo a los bancos fuera del país, en su version aplicada a la educación. La tercera es absurda pues la calidad depende de muchas variables ajenas al educador. La cuarta es una idea de gran importancia, y debe ser prioridad para cualquier gobierno. Es un incentivo absurdo, injustificado, que nada positivo ha generado.
Manuel(13692)07 de julio de 2025 - 06:41 p. m.
Columna viciada de resentimiento, sin analiyni contexto. Pobre país con estos calumniadores de oficio
Lola Cortes(15127)07 de julio de 2025 - 04:56 p. m.
En el punto tres usted parece meter en la misma nolsa a los docentes de las IE urbanas, rurales, las que están zonas de conflicto armado ya sean con bacrim o guerrilla o pandillas urbanas y los de territorios abandonados por el Estado. Una vez más usted demuestra que desconoce la real situación de la educación pública en Colombia y que escribe desde un computador en una cómoda oficina.
Atenas (06773)07 de julio de 2025 - 02:39 p. m.
Daniel, a propósito de esa mano de sindicatos q’ al interior de la educación pública medran a manera de carroñeros q’ no descansan hasta dejar todo en cueros, traigo a colación lo q’ me cuenta un buen amigo él, y abogado q’ forma parte de una plantilla q’ hace la defensa jurídica de una de las tantas gobernaciones en la secretaría de educación dptal:”qué cáncer son esos sindicatos y maestros afiliados, de ídem malignidad o perversidad q’ la del vicioso Petro, ahí no hay por quien llorar”. Atenas
  • Lola Cortes(15127)07 de julio de 2025 - 04:59 p. m.
    He aquí alguien que escribe desde la ignorancia total y que solo repite lo que alguien le dice sin tomarse el trabajo de indagar si es cierto. El típico lorito que dicen.
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