Han propuesto una comisión internacional con foco en los desmanes de la Policía, pero habría que darle un giro y añadirle la violencia civil.
Los que proponen una “comisión investigativa temporal internacional, integrada por unas tres personas intachables, nombradas por instancias como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) o la alta comisionada de Derechos Humanos de las Naciones Unidas”, también creen que desde el 28 de abril hemos vivido una “primavera democrática” y se refieren a las enseñanzas de las primaveras árabes.
Las protestas árabes (2010-2012) se hicieron contra gobiernos autoritarios o dictaduras que llevaban largos años en el poder: en Túnez, 23 años; en Egipto, 30 años; en Libia, 42 años, por ejemplo, pero de ahí toman la inspiración para ver el caso colombiano. Subvaloran la democracia que tenemos e idealizan la protesta.
Sin embargo, hay que mantener el diálogo y tomarse en serio lo que dicen. Para Dejusticia, dicha comisión, “aunque no tendría funciones judiciales, contribuiría con los resultados de su investigación a esclarecer los hechos y fortalecer los procesos de verdad y rendición de cuentas en el país”. La verdad de lo que pasó en la “primavera” será un tema hacia adelante.
La idea es que “los crímenes ocurridos no queden en la impunidad y evitar la repetición de estos hechos en futuras protestas”. Por el contexto, hablan de “las autoridades que han respondido con un uso desproporcionado de la fuerza”, no de los ciudadanos que cometieron crímenes o graves infracciones a la ley durante las protestas.
Así las cosas, el gobierno Duque debería tomar la iniciativa y darle un giro a la idea en cuanto al alcance y la composición de la comisión. Brutalidad policial y violencia civil por igual en el foco, y no solamente abogados escogidos por la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos y la CIDH.
Tantos expertos en democracia sugeridos por prestigiosos centros de investigación o tanques de pensamiento de universidades del mundo, como expertos en derechos humanos. Con pluralismo de orientaciones. A modo de ejemplo, acudir a la conservadora Institución Hoover de la Universidad de Stanford, presidida por la exsecretaria de Estado Condoleezza Rice, y a la liberal Escuela de Gobierno John F. Kennedy de la Universidad de Harvard.
La pasividad de simplemente esperar el informe de la visita de la CIDH no parece aconsejable, ni en el plano nacional ni en el internacional. La narrativa de una “primavera democrática” en Colombia que se diluyó o acabó por la represión debería ser contestada y contextualizada de modo inteligente.
Algunos intelectuales creen o quieren hacer creer que las limitaciones de nuestra democracia y la inequidad se superan con “democracia callejera” y les buscan licencia constitucional a los bloqueos y barricadas, cuando se sabe que los cambios democráticos se deciden en las urnas.
Más franco fue el dirigente de Fecode: esto es política premeditada (a un alto costo injustificable para las personas, las regiones y la sociedad).