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Pensamiento que engendra violencia

Daniel Mera Villamizar

21 de octubre de 2024 - 12:00 a. m.

Proyecto de ley del Pacto Histórico quiere que se enseñe su discurso y su sensibilidad.

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Una función de la educación para asegurar la sostenibilidad del orden democrático es desestimular el pensamiento que justifica la violencia con fines políticos. Es una función delicada porque no se puede pretender “cancelar” tal pensamiento, pero tampoco permitir que siga su extendida y profunda influencia.

Si en términos lógicos, morales y empíricos se puede demostrar que un pensamiento justifica la violencia política (o es neutral frente a ella), por un pacto ético debemos introducir controles y autocontroles en la difusión o enseñanza de ese pensamiento.

El pensamiento político que engendra y justifica la violencia política es el de matriz marxista, cuya frase paradigmática “la violencia es la partera de toda sociedad vieja que lleva en sus entrañas otra nueva”, conocida más como “la violencia es la partera de la historia”, resulta bastante elocuente.

Esta es una preocupación o cavilación de mentes liberales (no de partido) ante el doble rasero para juzgar la violencia guerrillera y la violencia paramilitar, ante la defensa político-electoral de la violencia del llamado “estallido social”, ante el estatus político que se concede a cualquier grupo criminal que utilice la violencia y ante la normalización de las vías de hecho para presentar reclamos sociales (quemar un peaje, atacar vehículos, impedir la movilidad). Padecemos demasiada “violencia política” como sociedad.

Por eso no deja de sorprender que los congresistas del Pacto Histórico tengan el mismo pensamiento político después del Acuerdo Final con las Farc, que se supone fue el reconocimiento del error de haber optado por la violencia. Cuando se firmó, en 2016, ya teníamos un núcleo moral de la sociedad que sostenía que el Acuerdo Final no justificaba ni una sola de las vidas cegadas por la guerra organizada por grupos marxistas.

Que piensen igual y que además quieran que la plenaria del Senado les pase un proyecto de ley que “promueve y reconoce el pensamiento social, crítico y la práctica humanista, como base fundamental para la educación para la paz con justicia social en Colombia”, que así presentan su propio pensamiento político.

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Por si las dudas, en la justificación del proyecto de ley nos cuentan que la violencia en Colombia es entendible por “causas estructurales”. “La concentración de la riqueza, el conflicto por el uso y tenencia de la tierra derivado del despojo y la alta concentración de tierras en manos de latifundistas y terratenientes, el empobrecimiento extremo de amplios sectores de la sociedad urbanos y rurales”.

En otras palabras: fueron obligados a ideologizarse y a entrenarse en Cuba, a secuestrar, a matar y a usar el narcotráfico para hacer posible su lindo sueño revolucionario de tomarse el poder y así redimirnos, con sus manos manchadas guiando y modelando al “pueblo”. Locura y delirio engendrados en manuales soviéticos, maoístas y cubanos, que también leyeron obligados.

Y encima empaquetan su pretensión con “educación para la paz con justicia social”. Como si no supiéramos que por “paz” no se refieren al trámite y resolución de los conflictos sociales mediante mecanismos políticos, jurídicos e institucionales, la paz en una democracia y un Estado de Derecho, sino a la ausencia de violencia armada. El eterno chantaje de la izquierda radical.

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@DanielMeraV

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