En general, en lugar de 10.000 contratistas electoreros, un humanoide para fortalecer el Estado.
La Universidad de los Andes presentó el que sería el primer humanoide en el entorno de la educación superior colombiana. La noticia ayuda a dar viso de realidad a lo que debería ser una prioridad del próximo gobierno: una política de Estado y una iniciativa de adopción de Inteligencia Artificial y Robótica dentro del Estado colombiano.
Llevamos dos Conpes generales en la materia (3975 de 2019 y 4144 de 2025), y el último tiene un eje estratégico de “impulsar el uso y adopción de los sistemas de IA en las entidades públicas, el tejido empresarial y los territorios”, pero mi sugerencia se refiere a algo más urgente, concreto y fundamental: las capacidades de la administración central (ejecutiva) del Estado para cumplir sus funciones.
Dicho gráficamente: con los cientos de miles de contratistas de órdenes de prestación de servicio en las entidades del nivel nacional se debilita al Estado, cuando por una fracción de ese gasto podríamos obtener acuerdos con los jugadores mundiales de la IA y la robótica para implementaciones y desarrollos que harían la diferencia en el ejercicio de funciones estatales (piénsese en seguridad, por ejemplo).
En ese contexto hipotético, el Ministerio de Educación podría pedir a los representantes negociadores del país alcanzar acuerdos marco con SoftBank Robotics, UBTECH Robotics, DFA Robotics y/o Blue Frog Robotics (u otros) para producción de humanoides que sirvan al Ministerio, a las secretarías de Educación, a los colegios y a las instituciones de educación superior. No parece realista el nacionalismo de creer que haríamos mejor en Colombia lo que las compañías mundiales ya tienen.
Los acuerdos marco, que requerirían inversión y diplomacia de alto nivel con algunos países, podrían incluir apropiación tecnológica por parte de firmas colombianas, comenzando por el mantenimiento y la actualización de los humanoides y la infraestructura tecnológica complementaria. El día que llegue el primer lote de robots humanoides (con facciones más humanas que el de Uniandes y con distintos colores) para el sector de la educación y estemos preparados, tendremos un hito de modernización de la administración del servicio educativo.
A diferencia de muchas entidades con numerosos contratistas como estrategia político-electoral, en las administraciones departamentales y municipales de la educación falta personal y capacidad técnica. Habría que crear un montón de cargos, por decirlo suavemente, para acercarse a la productividad de un humanoide, que ayudaría mucho a cada una de las 97 ETC en educación. No tiene sentido seguir como estamos (con administración rudimentaria) si es más económico y eficiente utilizar humanoides con IA avanzada y adaptada.
La introducción de humanoides en la enseñanza y en procesos de orientación vocacional y socioemocional será más lenta, en primer lugar por costos y probablemente por resistencia al cambio (hablando del sector oficial). Al sistema educativo le convendría que la evaluación anual del docente fuera compartida entre el rector y un humanoide, pero tal vez habría que usar esa posibilidad como moneda de cambio al principio para que acepten otros usos de los humanoides. Los docentes no serán remplazados por humanoides, pero sin duda estos contribuirían mucho a la calidad de la educación.