Cinco principios operativos para que la educación nos ayude a salir del subdesarrollo.
Difícilmente la educación será uno de los cuatro temas principales del debate presidencial de 2026. La crisis creada por el Icetex no se compara con las otras que dejará este gobierno: de seguridad, fiscal, de salud, de energía eléctrica, y ojalá no haya más de esa gravedad. La crisis de la educación (que los estudiantes cada vez aprenden menos, en primer lugar) lleva lustros, pero la vemos como normalidad.
Los candidatos presidenciales, sin importar el partido, suelen ofrecer más de lo mismo en educación: unos porque están conformes y otros porque no hay un discurso alternativo. Sin embargo, el hastío y el descontento con la ideología de este gobierno y sus consecuencias prácticas podrían permitir mayor audiencia para proponer unas reformas serias en educación.
Una manera de introducir claridad a la conversación sería tener un “test de razonabilidad” o coherencia con el crecimiento económico y social contra el cual evaluar o valorar las políticas y reformas educativas. Un tanque de pensamiento me invitó a una reunión interna y ahí vimos que es urgente el test. Aquí va un borrador con cinco principios.
1) Principio del compromiso específico con la productividad. En educación posmedia, el diseño de toda política debe establecer mecanismos e indicadores de cómo contribuye a soportar e impulsar el desarrollo productivo. Ejemplo: la estructura de oferta de pregrados por áreas del conocimiento es inconsistente con la productividad y se necesita una política para adecuarla. A su vez, las reformas económicas deben involucrar directamente a la educación posmedia.
2) Principio del costo transparente por estudiante regulado por calidad y la competencia. Todo gasto público en un servicio educativo, desde preescolar hasta posmedia o superior, deberá medirse en un costo por estudiante controlado por calidad, escrutado por terceros independientes remunerados, de modo que el Estado pueda hacer más eficiente el gasto de acuerdo con la oferta pública o privada. Ejemplo: los colegios en concesión tienen una relación costo-beneficio mucho mejor.
3) Principio de los incentivos monetarios para el rendimiento sobresaliente de instituciones y educadores. Toda área de política educativa deberá tener definidos los desempeños sobresalientes esperados en función de la productividad, con sus respectivas bonificaciones, dadas las restricciones de los derechos adquiridos de los servidores públicos y la lentitud del cambio cultural y comportamental impulsado por reglas. Ejemplo: crece el gasto en nóminas, pero el desempeño de la educación no mejora.
4) Principio combinado de la sostenibilidad presupuestal y la equidad. La restricción fiscal, además de eficiencia exige equidad en el gasto educativo: invertir más en la primera infancia y en los pobres; corresponsabilidad (de los estratos que pueden contribuir a los colegios públicos) y retribución basada en los beneficios privados individuales de la educación superior, manteniendo la arista redistributiva de esta.
Ejemplo: aprobaron una ley para darle gratuidad en la universidad estatal al que fue a jardín infantil de vanguardia y a colegio bilingüe, mientras quitan el crédito subsidiado para que el pobre no vaya a la universidad privada, ya que no pudo pasar en la pública. Una cosa de locos (ideológicos de “todo gratis para todo el mundo”).
5) Principio del desarrollo del talento y la creatividad como rentabilidad social. El gasto o inversión en educación es para que los estudiantes aprendan, descubran y desarrollen tus talentos, sean creativos y a partir de cierta edad, junto con sus profesores, piensen en soluciones para problemas de toda índole, lo cual requiere otra mentalidad. No es gasto para lo que tenemos, en general.
Así que necesitamos otras pruebas de medición de talentos, además de las pruebas Saber, y que toda la educación gire en torno al aprendizaje y el desarrollo de los estudiantes. Ejemplo: salarios desligados de resultados estudiantiles, y universidades divorciadas de la innovación del sector productivo.
Aplicar un test así o parecido, de modo gradual, ayudaría mucho para la reforma educativa que necesitamos.