Ni transitorias ni independientes

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Daniel Pacheco
11 de abril de 2017 - 03:00 a. m.
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Según el Acuerdo de Paz, el próximo 29 de mayo, en el día D+180, se “da por terminado el funcionamiento” de las zonas veredales transitorias de normalización, cuando termina el cronograma de desarme entre el Gobierno y las Farc. El nombre, largo y de tecnicidad pomposa, de estas 26 zonas donde están viviendo más 8.000 guerrilleros de las Farc, es engañoso. Por eso habría que decirlo de una vez: no serán zonas “transitorias”.

Algunos de estos campamentos seguramente se volverán pueblos nuevos con nombres de guerrilleros que solo los guerrilleros conocen, como Mariana Páez, en el municipio de Mesetas. En otras zonas, probablemente los guerrilleros se trasladarán a los pueblos cercanos, pero no se irán de ahí. Su presencia en esas 26 zonas será, muy probablemente, y si este proyecto de la paz territorial pretende funcionar, permanente.

Pero desde ya se puede anticipar que el sentido de temporalidad, de lo “transitorio”, con el que tal vez intencionalmente de manera equivocada se nombró el aspecto más concreto del Acuerdo de Paz, el dónde y cómo van a existir en Colombia los miembros de las Farc en el futuro, será un tema contencioso de la implementación de los acuerdos. La manera como se logre tramitar este debate, que ya ha aflorado como un asunto problemático, determinará en buena medida el éxito de la reintegración de los combatientes de las Farc a la sociedad.

Varias noticias recientes anticipan las aristas del debate que se viene. Por un lado, el Gobierno adicionó $107.000 millones al contrato inicial de más de $56.000 millones para el mantenimiento de los guerrilleros y la construcción de infraestructura en las 26 zonas. Por otro lado, varios exmilitares, incluyendo al general (r) Jorge Enrique Mora, le escribieron una carta al presidente expresando “inquietud” porque las zonas veredales se fueran a convertir en “repúblicas independientes”. Finalmente, con escándalo se registró hace poco la invitación de las Farc en La Guajira a los alcaldes del departamento para hablar en la zona de Fonseca sobre los planes de desarrollo territorial de los municipios.

Cada una de estas noticias toca puntos que serán sensibles. La financiación de las Farc a través de una cooperativa (Ecomún) luego del fin del desarme. La entrada a la política local de la guerrilla. Y la idea de las “repúblicas independientes”, acuñada por primera vez por Álvaro Gómez en 1961, acerca de la existencia de la guerrilla en los territorios como una forma de ocupación extranjera, de invasión comunista.

Y es esta última idea la que está más poderosamente afincada en la mente de la mayoría de colombianos acerca de la existencia de las Farc. Tal vez eso explique por qué al escribir el Acuerdo se le dio el nombre equivocado de “transitorias” a las zonas que tanto la guerrilla como el Gobierno entendían serían permanentes. Y lo entendían porque en la base de la negociación, y tal vez eso es lo que más molesta a sus opositores, está la concesión al sentido común de que la guerrilla era el estado de facto en muchos territorios donde no había Estado. Era más que una banda narcoterrorista, era incluso más que un ejército.

Siendo así, entonces, ¿cómo pensar que luego de dejar las armas la presencia de las Farc se iba a convertir en transitoria? ¿A dónde pretender que se vayan, si siempre han estado ahí? Ya no en armas, ahora con puesto de policía, EPS, Alcaldía, etc. Pero ahí en su territorio, uno ahora no de las Farc sino de todos. Por eso, en últimas, el proceso de paz se podrá llamar un éxito si llega el Centro Democrático a hacer política en un lugar como Mariana Páez.

@danielpacheco

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