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Ritos de mierda

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Daniel Pacheco
24 de febrero de 2009 - 02:04 a. m.
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COMPARADO CON LA CIRCUNCISIÓN, el bautizo que recibió el carabinero de la Policía Nacional es un agasajo amigable. Al menos él puede decir que salió enterito de su rito de paso. ¿Entonces por qué el escándalo?

En el video divulgado, un grupo de policías arrastra a su compañero esposado y desnudo hasta un patio. Luego de darle palmadas en las nalgas, el mayor que dirige el rito le da la comunión de boñiga seca al iniciado y ordena que sobre él sean depositadas 10 paladas de boñiga fresca. En un rapto de humor el iniciado comenta la temperatura de la boñiga (“Me la hubieran calentado un poquito”) que le chorrea por la cabeza. “El honor de ser carabinero cuesta”, le explica el mayor.

Cuesta, pero no tanto. Yo me aguantaría toda la mierda del mundo a cambio de salvar el prepucio. Afortunadamente para los carabineros Colombia es un país católico y los ritos de iniciación no pasan de ser simulacros más escatológicos del bautizo y la primera comunión.

Sin embargo, al ver el video mucha gente respondió con indignación. El general Naranjo presentó primero su renuncia (que obviamente fue rechazada por el Presidente) y luego declaró que los carabineros involucrados “no reflejan la valentía de los policías”, como él, suponemos. El ministro Santos agregó que esos actos iban en contra de la “política de más valores y menos garrote” del gobierno que él representa. Y los medios acompañaron la cacería de brujas con comillas cada vez que escribían “bautizo” o “ceremonia”, para desvalorizar los sucesos del rito.

Cuando vi el video, recordé mi fugaz paso por los scouts. En apariencias ser un scout era sólo diversión: ir de paseo, afilar palos con navajas, hacer fogatas y comer malvaviscos. Acepté una invitación a acampar, pero el encanto se desvaneció rápidamente por el recuento que me hizo un amigo de su rito de paso. Además de los juramentos y la paliza, los jóvenes scouts que quieren hacer parte de la tropa (el grupo al que pasan cuando llegan a la adolescencia) deben someterse voluntariamente a ser marcados con la punta de un cuchillo caliente abajito de la nalga.

Para cuando la historia terminó, yo ya había empacado y, a decir verdad, los Scouts de Colombia no sufrieron una gran pérdida. Al contrario, su rito de paso sirvió y se libraron de alguien que nunca iba a estar comprometido con su discurso de “siempre listos”.

En etnografía los ritos de paso son definidos como actos sociales con un significado simbólico de separación o inclusión a un grupo. Tanto la circuncisión, como la entrada a la tropa y el bautizo carabinero, caen dentro de esta categoría. En el caso de los carabineros, un cuerpo de policía que anda a caballo, no es casual que la iniciación sea con boñiga.

¿Entonces por qué cuando se trata de institucio nes del Estado toda la tolerancia con el rito desaparece? ¿Hubo violencia desmedida? ¿Se puso en riesgo la integridad de alguna persona? No fue bonito, ¿pero acaso lo es la amputación de un prepucio?

Desde otra perspectiva, el rito más grotesco fue el practicado por la gente importante, del Gobierno y de los medios, que salió a proclamar su altura moral a costa de los carabineros. Gente acostumbrada a mentir y a manipular. Ese sí es un rito de mierda, y de la fea: de la humana.

danielpachecosaenz@gmail.com

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