Publicidad

Duele Colombia

Sigue a El Espectador en Discover: los temas que te gustan, directo y al instante.
David Yanovich
04 de mayo de 2021 - 03:00 a. m.
Resume e infórmame rápido

Escucha este artículo

Audio generado con IA de Google

0:00

/

0:00

Ningún partido político apoyó al Gobierno en su intento por pasar una de las reformas tributarias más progresistas y ambiciosas que ha visto Colombia durante muchos años. Una reforma que, por supuesto, tenía cosas que había que ajustar.

Una reforma revolucionaria, que buscaba ampliar la base tributaria del impuesto de renta, comenzar a racionalizar los ineficientes y mal asignados subsidios a lo largo y ancho del presupuesto nacional, enfocarse en mejorar las condiciones de ingreso de los más vulnerables. Una reforma a la altura de las circunstancias, pues Colombia va a salir de esta pandemia afectada como nunca antes en la historia reciente. Los 3,5 millones de pobres adicionales son apenas, me temo, la punta del iceberg.

Y todo se fue al carajo. Por la ineptitud del Gobierno, por la mezquindad de los políticos, por la inconformidad y el hastío de la gente. Ni siquiera hubo chance de pensar sobre la reforma. Pocas voces de aliento, de apoyo, de mesura, de sensatez, de invitar a la reflexión y la calma, salvo algunas solitarias y calificadas desde la academia y algunos columnistas de opinión.

Colombia se quedó sin formas civilizadas para debatir. El Gobierno pareciera enconchado, desconectado, recibiendo información que parece no reflejar la opinión y el pensamiento de la sociedad. Pero, ¿cuál es esa opinión, cuál es ese pensamiento? Imposible saberlo entre pitos, cacerolas, desmanes, saqueos, estatuas tumbadas, gases lacrimógenos, medias verdades y manipulaciones. Imposible saberlo entre mezquindades, liderazgos mediocres y extremos que parecen irreconciliables. Imposible saberlo.

Las marchas perdieron el norte de su legítima lucha y protesta. El Gobierno perdió los estribos de la gobernabilidad. Otros, preocupados por el año electoral. Colombia, al garete, sin respeto por las instituciones ni por una mínima arquitectura de autoridad. Y el país, sin espacios para conversar. Cada quien tira para su lado, no hay quién convoque, quién lidere, quién explique, quién negocie y llegue a consensos. Aquí no hay espacio para ponerse de acuerdo ni siquiera en mandatos fundamentales: no matar, no robar, no comer del muerto. Y no por falta de voluntad, sino por falta de que nos escuchemos los unos a los otros. Se perdieron la apertura y la tolerancia, se enquistaron el dogma y el prejuicio.

El resultado: mantener uno de los sistemas tributarios y de subsidios más regresivos y menos equitativos del planeta. Subsidios asignados a quienes menos lo necesitan. Ciudades enteras saqueadas, bloqueadas, impedidas en su progreso por marchantes que no tienen idea de qué quieren, qué piden, qué representan. Que no vengan ahora con generalidades como la dignidad, la igualdad y el respeto. No es suficiente. Para tener dignidad, igualdad y respeto hay que proponer cosas concretas. Construir, redactar e implementar.

Colombia pierde la posibilidad de haber discutido una reforma que, con problemas, realmente iba en el camino correcto, que buscaba comenzar a rediseñar el sistema tributario que tanto hace falta, resolver inequidades y ayudar a transitar el momento histórico que vive el país, de una pandemia que no amaina, de una crisis extrema y profunda, de una violencia que no cede, de una inseguridad al alza. Pero esa posibilidad se perdió. Cómo duele Colombia.

Conoce más

 

Roberto(18501)18 de mayo de 2021 - 07:28 p. m.
Pienso, o mejor, pensamos, porque es mucha la gente que piensa igual, es que los dueños de los grandes capitales paguen impuesto por su patrimonio, por qué el recaudo tiene que caer sobre los asalariados, cuando los multimillonarios no tributan, me viene a la memoria la devolución fraudulenta del IVA, que estaban solicitando los hijos de varito.
Herman(78773)05 de mayo de 2021 - 02:33 a. m.
al igual que tu papi amigo intimo de el paraco uribe
wilson(72314)05 de mayo de 2021 - 01:30 a. m.
Lo que escribe este señor es en serio...en serio era una buena reforma?
María(60274)05 de mayo de 2021 - 01:14 a. m.
Si la foto de su perfil fuera de cuerpo entero, sería con un rifle en la mano y al otro lado un elefante muerto y con la misma sonrisa de orgullo de esta foto. Usted está totalmente desconectado de la realidad. Si este fuera un país donde no se explotara a la gente y donde los impuestos no se los robaran tendría sentido, pero estamos en Colombia, País de dirigentes ladrones y asesinos.
María(60274)05 de mayo de 2021 - 01:06 a. m.
Jajajaja cierto que esto es una parodia? jajajaja Fajardo se quedó en palotes frente a esta sarta de sinsentidos. Usted señor columnista también sufre de autismo?
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.