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Mujeres, tejedoras de sociedad, cultura y democracia

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Dolly Montoya Castaño
12 de marzo de 2022 - 05:00 a. m.
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Las mujeres hemos cumplido un papel esencial a lo largo de la historia de la humanidad. Solo recientemente ha comenzado a rescatarse una historia de nuestros aportes fundamentales a las ciencias, a la filosofía, a la política, a las artes y a las demás manifestaciones de la cultura y la civilización. Hoy resulta natural que recordemos a Hipatia, filóloga, matemática, astrónoma y filósofa, que dirigió la biblioteca de Alejandría y murió a comienzos del siglo V, y a Fátima Al Fihri, fundadora, en el siglo IX, de la universidad de Qarawiyyin, la primera universidad árabe y la primera del mundo. Hoy leemos a Hannah Arendt y a Martha Nussbaum para comprender la sociedad contemporánea y para pensar la sociedad posible.

Durante siglos, las mujeres hemos luchado por nuestros derechos. Hemos avanzado en conquistas importantes como el voto y la participación ciudadana y política, el acceso a la educación y al trabajo y los derechos sexuales y reproductivos. Pero aún queda un camino por recorrer para consolidar la democracia y garantizar plenamente nuestros derechos. No podemos hablar de democracia mientras haya desigualdades entre hombres y mujeres en el reconocimiento del valor del trabajo o en el ejercicio de los derechos ciudadanos. El liderazgo colectivo y transformador de mujeres y hombres es esencial en la construcción de nación.

Las mujeres hemos asumido durante siglos el cuidado y la conservación de la vida. Solo ahora se comienza a entender la importancia del cuidado en asuntos como la educación inicial, la formación en valores, la protección del medio ambiente y de los recursos naturales, el reconocimiento de la diferencia y, en general, la construcción de relaciones no-destructivas con los otros y con el mundo que nos rodea. Recientemente, nos hemos dado cuenta de que el cuidado de los hijos y las tareas cotidianas son esenciales para la supervivencia de la humanidad y deben ser tareas compartidas por todos los seres humanos, independientemente de su género. Hoy comienzan a reconocerse el liderazgo y los múltiples esfuerzos, algunos invisibles, que las mujeres hemos hecho a lo largo de la historia para conservar la vida y mantener los vínculos que nos permiten vivir en comunidad.

Debemos asumir este cambio cultural en proceso como una oportunidad para sumar nuestros esfuerzos individuales y colectivos orientados a alcanzar la igualdad y desarrollar las capacidades de liderazgo en las mujeres y las niñas como una necesidad prioritaria para el fortalecimiento de nuestras naciones, en coherencia con el quinto Objetivo de Desarrollo Sostenible propuesto por la Organización de Naciones Unidas (ONU).

A través de la educación, especialmente desde los primeros años de vida, debemos liderar estrategias de equidad de género e igualdad de oportunidades para las niñas y las mujeres; debemos enamorarlas del conocimiento, de la ciencia, la investigación y la creación; debemos romper los estereotipos y roles impuestos en la sociedad que desconocen o limitan la participación de las mujeres en la construcción de nación y en la solución de los retos planetarios.

El pasado 25 de noviembre, en el marco del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, desde la Red de las Macrouniversidades de América Latina y el Caribe declaramos Tolerancia Cero hacia la Violencia de Género. Allí manifesté que las universidades “debemos trabajar en la defensa de los derechos de la mujer y para garantizar su participación en las diferentes esferas de la vida social, por el bien de la democracia. [...] Cada uno de los miembros que integran la comunidad universitaria debe articular el propósito de la equidad de género a su proyecto de vida, y participar en el cambio cultural que se orienta a la defensa de los derechos humanos en los múltiples espacios de la vida en comunidad”.

En la Universidad Nacional de Colombia tenemos el compromiso de fortalecer las estrategias de inclusión y equidad en la comunidad. Actualmente, nos encontramos en el proceso de evaluar, ampliar y fortalecer la Política Institucional de Equidad de Género y de Igualdad de Oportunidades, pionera en las universidades de Colombia, para fortalecer la participación, la protección de los derechos y la dignidad, además de prevenir, sancionar y eliminar las violencias de género. También nos encontramos trabajando en estrategias de ingreso paritario.

Para alcanzar la paz y para fortalecer y armonizar las democracias se requiere el liderazgo colectivo y transformador de mujeres y hombres comprometidos con el desarrollo sostenible y sustentable del planeta, preocupados por preservar nuestra casa común. Con la educación en el reconocimiento de la dignidad humana, en el cuidado, en la solidaridad, en el respeto de la diversidad y en la equidad de género lograremos construir un futuro con igualdad de condiciones para el buen ser y el bien vivir.

*Rectora, Universidad Nacional de Colombia.

@DollyMontoyaUN

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Igor(19369)12 de marzo de 2022 - 10:28 p. m.
En este siglo ya se ven los avances de los derechos de la mujer, desde el punto de vista femiprogres: 1. El derecho a matar a sus propios hijos, mientras estén en el vientre materno. ---------- 2. El privilegio de optar a cargos en el estado, por el hecho de ser mujeres, no por sus méritos. ----------- Tristes avances, indignos para la mayor parte de las mujeres.
Hugo(14000)12 de marzo de 2022 - 09:45 p. m.
Interesante columna sobre la contribución femenina al bienestar humano.Sin embargo aterrizando estos bellos conceptos en la realidad del claustro universitario¿hay alguna estrategia,alguna leve consideración específica al bienestar de las universitarias,principalmente en lo académico? Al parecer no existe ni por parte de las profesoras que a veces emplean también una pedagogía desestimulante.
Orlando(lx6ve)12 de marzo de 2022 - 09:32 p. m.
A las mujeres colombianas hay que motivarla para que rompan el molde de la cultura machista y para ello es necesario que participen fuertemente en los aspectos de la vida política; no puede uno entender que el género femenino siendo la mayoría de la sociedad en este país haya tan reducido número en el congreso. Que dejen de sentirse minusválidas mentales y se pongan la camiseta de la lucha.
Roberto(46505)12 de marzo de 2022 - 04:43 p. m.
Buenos días seria muy importante que la Dra. Dolly Montoya nos comparta las dificultades para a través de la educación llegar a este objetivo. Roberto Gómez M.
Atenas(06773)12 de marzo de 2022 - 02:49 p. m.
Sobre el rol fundamental de la mujer en el contexto humano, o columna vertebral de la especie, de nuevo la resumo en una sabia sentencia:”Quien educa a una mujer educa una familia, y quien lo hace con un hombre, educa un individuo”. Empero, con sus elogios, no logra calmar el no referirse a los acosos sexuales contra inermes estudiantes q’ en su alma mater tanto ocurren. Borrón con el codo.
  • José(64187)12 de marzo de 2022 - 08:54 p. m.
    "Apestas" no puede escribir una primera línea sin cagarla enseguida. Así no!!!
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