Este año la Universidad Nacional está de fiesta, la sede Manizales de nuestra Alma Mater cumple 75 años formando profesionales como ciudadanos integrales y líderes del territorio, aportando su saber a la transformación y consolidación de empresas y comunidades.
Una historia tan rica como la de esta sede de la Universidad Nacional debe ser recordada y celebrada de la mejor manera a través de la voz de quienes, como protagonistas, han venido participando en la construcción colectiva de nuestro proyecto de nación en Manizales y en toda la región del eje cafetero. Por ello el espacio de esta columna recoge el pasado, presente y futuro de la sede en las palabras de los profesores Carlos Enrique Ruiz y Neil Guerrero.
El maestro Carlos Enrique Ruiz es ingeniero de nuestra sede Manizales, humanista y poeta por vocación. En su época de estudiante defendió aguerridamente la existencia de la sede contra las pretensiones de algunos que querían cerrarla. Ya como profesional se convirtió en un auténtico polímata que, entre otras, ha ocupado dignidades tan importantes como la dirección de la Biblioteca Nacional de Colombia, el Viceministerio de Educación Nacional y la Vicerrectoría de la sede Manizales. El profesor Ruiz fue, además. el fundador de la Revista Aleph.
Por su parte, el Profesor Guerrero, actual vicerrector de la sede, ingeniero electrónico de nuestra universidad, magíster en Automatización Industrial y doctor en Ingeniería Fotónica de la Universidad Tecnológica de Dinamarca es uno de los primeros colombianos ingresar a la Global Young Academy, una asociación que agrupa a jóvenes académicos del mundo con una trayectoria destacada y un compromiso reconocido con la humanidad y el bienestar social.
Querido maestro Carlos Enrique Ruiz: ¿cuál es el impacto regional y nacional de nuestra sede Manizales a lo largo de su historia?
Podemos dividir la historia de nuestra Sede Manizales en cuatro períodos. En el primero, que comienza en 1948, con la fundación de la Sede, y va hasta 1964, existió un programa curricular: Ingeniería Civil. Este período de surgimiento y crecimiento de la sede, gracias a la visión estratégica del rector magnífico Gerardo Molina y al ímpetu de dirigencia regional unificada, ha sido estudiado, en dos libros, por la profesora Martha Lucía Londoño de Maldonado.
El segundo comienza en 1964, con el rectorado de José Félix Patiño, cuando asume el decanato el ingeniero de la Escuela de Minas y arquitecto de La Sorbona Alfonso Carvajal Escobar, quien, en un momento crítico de la sede, acomete la tarea de reactivarla en todos los órdenes y crear nuevos programas: ingenierías química, eléctrica e industrial; arquitectura; administración de empresas -diurna y nocturna-; y topografía y agrimensura (que tuvo dos promociones). Fueron ocho años de intenso trabajo, con nuevas construcciones para aulas y bienestar universitario, en los que la biblioteca y las publicaciones cobraron sentido, se adquirieron las instalaciones de “El Cable” (luego erigido en monumento nacional), se desplegaron continuas actividades culturales y se crearon el “Departamento de Extensión Cultural” y la Revista “Aleph” (1966); ocho años que concluyeron con la muerte en ejercicio del Decano Magnífico, en 1972.
En el tercer período, de 1972 a 1990, la Sede conservó sus características, salvo en el interregno 1974/76, en el fugaz, intenso, agitado y polémico rectorado de Luis Carlos Pérez, que permitió la creación del área de humanidades (hoy Departamento de Ciencias Humanas) y la realización de una serie de seminarios para el debate de asuntos de la vida académica. En ese paréntesis se fusionaron la extensión cultural de nuestra Sede y la de la Universidad de Caldas en la “Oficina interuniversitaria de asuntos culturales”, OIAC, de maravillosa y fugaz existencia. En 1988 se pasa a la figura de Vicerrectoría, con la creación de dos facultades: “Ingeniería y Arquitectura” y “Ciencias y Administración”.
El cuarto período, de comienzos de 1990 a hoy, se caracteriza por el ímpetu en el desarrollo en todos los órdenes, creación de nuevos programas académicos de pre y postgrado, intensificación en la capacitación de profesores, nuevos magísteres y doctores, nuevas construcciones (“Torre de Estancias”, “Edificio de Laboratorios”, “Edificio de Postgrados”, “Auditorio UN”, “Biblioteca Germán Arciniegas”) y nuevos predios recibidos de la Nación, configurados hoy como “Campus-la-Nubia”, con aulas, biblioteca, laboratorios, auditorios y centros de investigación y de extensión para más de tres mil estudiantes. Nos correspondió gestionar la adquisición y puesta en funcionamiento de esos predios y la iniciativa de la ley del impuesto de estampilla pro-universidades Nacional (Manizales) y de Caldas, que ha permitido captar significativos recursos aplicados al desarrollo. La historia ha seguido, con tres facultades (Ingeniería y Arquitectura, Administración y Ciencias), más programas académicos y nuevas y funcionales instalaciones en los tres campus, con cerca de seis mil alumnos en la actualidad y con destacados avances en la investigación y en la extensión, en un proceso vertiginoso de mejoramiento continuo.
Querido vicerrector Neil Guerrero: ¿cuáles son los retos de nuestra sede, hoy y a futuro, en un entorno global?
El pasado viernes tres de marzo, la iluminación de la emblemática torre de El Cable embelleció el atardecer del corazón de Manizales, proyectando el escudo siempre vigente de la Universidad Nacional de Colombia. Aquella noche emotiva, toda la comunidad universitaria celebró al unísono el cumpleaños número setenta y cinco de presencia regional, y nuestros tres campus se vistieron de gala.
Esta conmemoración interpela nuestra respuesta como organización frente a los desafíos globales, así como las estrategias de formación integral y pertinencia regional. Los desafíos asociados, entre otros, al cambio climático, a las guerras y a la desconfianza en las instituciones, exigen la incorporación de nuevas pedagogías que estimulen el trabajo interdisciplinar orientado a la resolución de problemáticas regionales, capaces de formar al individuo como ser-compasivo preparado para la construcción de escenarios de paz.
Algunos desafíos regionales identificados en las alianzas a las que pertenecemos como SUMA (Sistema Universitario de Manizales) y Manizales MAS, son la enseñanza de la segunda lengua en todos los niveles escolares, la educación emocional y gestión de afectos, así como el dominio de las tecnologías 4.0 incluyendo la Inteligencia Artificial. Hoy ofertamos asignaturas como la Cátedra de la Felicidad y la Cátedra Nacional de Rayos de Sol para Tiempos de Lluvia, entre otras, que nos permiten generar diálogos compasivos y ambientes afirmativos de la vida en nuestros campus. Así mismo, con la creación del aula STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas) como espacio de formación interdisciplinar en tecnologías 4.0 y su articulación con el Parque de Innovación de la sede, aportamos al desarrollo multisectorial caldense y la transición energética, a través de la creación de Spin-Off universitarias de base tecnológica que transfieren al sector externo, los resultados de investigación validados en la red de laboratorios.
Setenta y cinco años de presencia en la región nos invitan a seguir interpretando permanentemente nuestro entorno, y a adaptarnos continuamente a sus dinámicas preservando los principios de la Institución. La Universidad Nacional de Colombia sede Manizales seguirá formando líderes capaces de transformar sus comunidades, proyectando eternamente su escudo resplandeciente a todos los rincones de la región cafetera y el país.
Finalmente, como rectora de nuestra alma mater, extiendo un abrazo caluroso de felicitación a la comunidad académica de la sede Manizales por su disciplina y compromiso con nuestra institución. Les invito a que juntos sigamos fortaleciendo nuestro proyecto cultural, científico y colectivo de nación.
* Rectora, Universidad Nacional de Colombia.
Este año la Universidad Nacional está de fiesta, la sede Manizales de nuestra Alma Mater cumple 75 años formando profesionales como ciudadanos integrales y líderes del territorio, aportando su saber a la transformación y consolidación de empresas y comunidades.
Una historia tan rica como la de esta sede de la Universidad Nacional debe ser recordada y celebrada de la mejor manera a través de la voz de quienes, como protagonistas, han venido participando en la construcción colectiva de nuestro proyecto de nación en Manizales y en toda la región del eje cafetero. Por ello el espacio de esta columna recoge el pasado, presente y futuro de la sede en las palabras de los profesores Carlos Enrique Ruiz y Neil Guerrero.
El maestro Carlos Enrique Ruiz es ingeniero de nuestra sede Manizales, humanista y poeta por vocación. En su época de estudiante defendió aguerridamente la existencia de la sede contra las pretensiones de algunos que querían cerrarla. Ya como profesional se convirtió en un auténtico polímata que, entre otras, ha ocupado dignidades tan importantes como la dirección de la Biblioteca Nacional de Colombia, el Viceministerio de Educación Nacional y la Vicerrectoría de la sede Manizales. El profesor Ruiz fue, además. el fundador de la Revista Aleph.
Por su parte, el Profesor Guerrero, actual vicerrector de la sede, ingeniero electrónico de nuestra universidad, magíster en Automatización Industrial y doctor en Ingeniería Fotónica de la Universidad Tecnológica de Dinamarca es uno de los primeros colombianos ingresar a la Global Young Academy, una asociación que agrupa a jóvenes académicos del mundo con una trayectoria destacada y un compromiso reconocido con la humanidad y el bienestar social.
Querido maestro Carlos Enrique Ruiz: ¿cuál es el impacto regional y nacional de nuestra sede Manizales a lo largo de su historia?
Podemos dividir la historia de nuestra Sede Manizales en cuatro períodos. En el primero, que comienza en 1948, con la fundación de la Sede, y va hasta 1964, existió un programa curricular: Ingeniería Civil. Este período de surgimiento y crecimiento de la sede, gracias a la visión estratégica del rector magnífico Gerardo Molina y al ímpetu de dirigencia regional unificada, ha sido estudiado, en dos libros, por la profesora Martha Lucía Londoño de Maldonado.
El segundo comienza en 1964, con el rectorado de José Félix Patiño, cuando asume el decanato el ingeniero de la Escuela de Minas y arquitecto de La Sorbona Alfonso Carvajal Escobar, quien, en un momento crítico de la sede, acomete la tarea de reactivarla en todos los órdenes y crear nuevos programas: ingenierías química, eléctrica e industrial; arquitectura; administración de empresas -diurna y nocturna-; y topografía y agrimensura (que tuvo dos promociones). Fueron ocho años de intenso trabajo, con nuevas construcciones para aulas y bienestar universitario, en los que la biblioteca y las publicaciones cobraron sentido, se adquirieron las instalaciones de “El Cable” (luego erigido en monumento nacional), se desplegaron continuas actividades culturales y se crearon el “Departamento de Extensión Cultural” y la Revista “Aleph” (1966); ocho años que concluyeron con la muerte en ejercicio del Decano Magnífico, en 1972.
En el tercer período, de 1972 a 1990, la Sede conservó sus características, salvo en el interregno 1974/76, en el fugaz, intenso, agitado y polémico rectorado de Luis Carlos Pérez, que permitió la creación del área de humanidades (hoy Departamento de Ciencias Humanas) y la realización de una serie de seminarios para el debate de asuntos de la vida académica. En ese paréntesis se fusionaron la extensión cultural de nuestra Sede y la de la Universidad de Caldas en la “Oficina interuniversitaria de asuntos culturales”, OIAC, de maravillosa y fugaz existencia. En 1988 se pasa a la figura de Vicerrectoría, con la creación de dos facultades: “Ingeniería y Arquitectura” y “Ciencias y Administración”.
El cuarto período, de comienzos de 1990 a hoy, se caracteriza por el ímpetu en el desarrollo en todos los órdenes, creación de nuevos programas académicos de pre y postgrado, intensificación en la capacitación de profesores, nuevos magísteres y doctores, nuevas construcciones (“Torre de Estancias”, “Edificio de Laboratorios”, “Edificio de Postgrados”, “Auditorio UN”, “Biblioteca Germán Arciniegas”) y nuevos predios recibidos de la Nación, configurados hoy como “Campus-la-Nubia”, con aulas, biblioteca, laboratorios, auditorios y centros de investigación y de extensión para más de tres mil estudiantes. Nos correspondió gestionar la adquisición y puesta en funcionamiento de esos predios y la iniciativa de la ley del impuesto de estampilla pro-universidades Nacional (Manizales) y de Caldas, que ha permitido captar significativos recursos aplicados al desarrollo. La historia ha seguido, con tres facultades (Ingeniería y Arquitectura, Administración y Ciencias), más programas académicos y nuevas y funcionales instalaciones en los tres campus, con cerca de seis mil alumnos en la actualidad y con destacados avances en la investigación y en la extensión, en un proceso vertiginoso de mejoramiento continuo.
Querido vicerrector Neil Guerrero: ¿cuáles son los retos de nuestra sede, hoy y a futuro, en un entorno global?
El pasado viernes tres de marzo, la iluminación de la emblemática torre de El Cable embelleció el atardecer del corazón de Manizales, proyectando el escudo siempre vigente de la Universidad Nacional de Colombia. Aquella noche emotiva, toda la comunidad universitaria celebró al unísono el cumpleaños número setenta y cinco de presencia regional, y nuestros tres campus se vistieron de gala.
Esta conmemoración interpela nuestra respuesta como organización frente a los desafíos globales, así como las estrategias de formación integral y pertinencia regional. Los desafíos asociados, entre otros, al cambio climático, a las guerras y a la desconfianza en las instituciones, exigen la incorporación de nuevas pedagogías que estimulen el trabajo interdisciplinar orientado a la resolución de problemáticas regionales, capaces de formar al individuo como ser-compasivo preparado para la construcción de escenarios de paz.
Algunos desafíos regionales identificados en las alianzas a las que pertenecemos como SUMA (Sistema Universitario de Manizales) y Manizales MAS, son la enseñanza de la segunda lengua en todos los niveles escolares, la educación emocional y gestión de afectos, así como el dominio de las tecnologías 4.0 incluyendo la Inteligencia Artificial. Hoy ofertamos asignaturas como la Cátedra de la Felicidad y la Cátedra Nacional de Rayos de Sol para Tiempos de Lluvia, entre otras, que nos permiten generar diálogos compasivos y ambientes afirmativos de la vida en nuestros campus. Así mismo, con la creación del aula STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas) como espacio de formación interdisciplinar en tecnologías 4.0 y su articulación con el Parque de Innovación de la sede, aportamos al desarrollo multisectorial caldense y la transición energética, a través de la creación de Spin-Off universitarias de base tecnológica que transfieren al sector externo, los resultados de investigación validados en la red de laboratorios.
Setenta y cinco años de presencia en la región nos invitan a seguir interpretando permanentemente nuestro entorno, y a adaptarnos continuamente a sus dinámicas preservando los principios de la Institución. La Universidad Nacional de Colombia sede Manizales seguirá formando líderes capaces de transformar sus comunidades, proyectando eternamente su escudo resplandeciente a todos los rincones de la región cafetera y el país.
Finalmente, como rectora de nuestra alma mater, extiendo un abrazo caluroso de felicitación a la comunidad académica de la sede Manizales por su disciplina y compromiso con nuestra institución. Les invito a que juntos sigamos fortaleciendo nuestro proyecto cultural, científico y colectivo de nación.
* Rectora, Universidad Nacional de Colombia.